- Dígame cuáles son sus expectativas respecto al sector de la construcción. ¿Se produce sólo un ajuste que devuelve las cosas a la normalidad?

- Desgraciadamente no creo que los sectores de la promoción y la construcción vayan a reactivarse de forma apreciable en el corto-medio plazo. La crisis actual ha castigado de forma muy agresiva a ambas actividades, y creo que aún nos queda por recoger algunos efectos negativos de la desaceleración económica y la crisis financiera que comenzó a mediados de 2007. Se han tomado algunas medidas pero lamentablemente han sido insuficientes teniendo en cuenta la necesidad que tiene la sociedad de que estos sectores funcionen con normalidad, por lo que aportan al empleo y al circuito económico en general. Una pequeña reactivación haría a muchos empresarios recuperar la confianza y que comenzara de nuevo la productividad.

- ¿No ha existido demasiado advenedizo y especulador en el sector?

- Nuestro sector se convirtió hace 10 años en una actividad muy lucrativa. Eso hizo que muchas empresas, incluso autónomos que nada tenían que ver con el sector, se apuntaran a promotores. Si bien algunos hicieron las cosas bien, otros no calcularon correctamente los riesgos, y no tuvieron en cuenta que para ejercer esta actividad hace falta algo más que tener un solar. Se ejecutaron edificios de baja calidad, se optó por la especulación con el territorio y, como consecuencia de ello, todo se encareció y dificulto la realización con normalidad de la actividad promotora, que propicio una sensibilidad negativa de la sociedad hacia el promotor como consecuencia de las malas experiencias vividas con estos llamados advenedizos y especuladores.

- ¿Qué hacemos con tanto piso en stock?

- Pues intentar venderlos con ayuda de los bancos, o dárselos a ellos para que los vendan. Tenga en cuenta, que la venta es la única forma de recuperar una inversión, ya que el alquiler tiene una tasa de retorno muy baja y a muy largo plazo. Si no se vende no hay liquidez, ni capacidad para asumir las cargas financieras de nuestras empresas. Los empresarios debemos hacer un esfuerzo de venta, pero ante la actual coyuntura, existen modos de conseguir un acuerdo mutuo entre la administración y el empresario, buscando la manera de que parte de este stock pueda ser colocado como VPO. Para ello, hace falta un esfuerzo por parte del ejecutivo, seguramente inferior a otros que ya ha llevado a cabo, y encontrar la forma de que estas alternativas no sean ruinosas ni de imposible ejecución para el empresario promotor.

- ¿Cuándo estima que saldremos de la recesión?

- Creo que nos espera un 2010 bastante duro. En algunos sectores es posible que se haya tocado fondo, pero los efectos de la caída están aún por aflorar en su totalidad. Es necesario que las políticas de empleo se dirijan más a fomentar puestos de trabajo y a apoyar al empresario para que mantenga los que tiene y cree algunos nuevos, en lugar de subsidiar permanentemente a los trabajadores, ya que las arcas del Estado son finitas. Acertando en dichas políticas se puede disminuir el empleo sumergido y fomentar la economía contributiva y de mercado, fundamentales para la generación de consumo.

- El paro, no obstante, sigue en cuotas históricas...

- Es cierto, y lo peor es que amenaza con seguir subiendo. Un país no se puede permitir una tasa de paro del 25% y en Canarias es posible que alcance el 30%. Es cierto que existe mucho empleo sumergido, como consecuencia de la política subsidiaria del Gobierno, ya que a algunos trabajadores les conviene seguir cobrando el paro y realizar pequeños trabajos sin contrato para mantener su ritmo de vida, o para pagar sus hipotecas. Si se consigue flexibilizar el despido por causas motivadas y aplicar medidas de recompensa por productividad, estoy convencido de que habrá una mayor responsabilidad laboral por parte del trabajador y también del empresario.

- ¿Qué piensa usted de la reclamación de los empresarios por las directrices de ordenación del territorio, la mal llamada moratoria turística?

- La moratoria turística, tal y como estamos comprobando, está generando graves problemas económicos al Ejecutivo, que pueden ser más negativos que si se hubiera optado en lugar de políticas tan restrictivas por la aplicación de otras medidas más flexibles respecto de la ocupación del territorio. El negocio turístico es la locomotora de la economía de nuestra isla. Da de comer a mucha gente, y si bien era necesario legislar el modelo turístico y territorial canario, entiendo que el sistema que se aplicó genero grandes problemas a los empresarios, que o bien se han visto obligados a ejecutar proyectos en un momento adverso o, por el contrario, para otros, ha supuesto reorientar su negocio y abandonar proyectos vitales para el futuro de sus empresas.

- ¿Los constructores denuncian la posición dominante de la banca, que tiene la sartén por el mango?

- Es cierto que la crisis ha sido clave para que los empresarios y ciudadanos en general estemos viviendo unos momentos tan adversos, y la realidad es que el empresario no esta encontrando esa complicidad tan necesaria por parte de los bancos para afrontar situaciones de falta de liquidez, ampliación de plazos de los compromisos financieros, etc. Si bien es cierto que nadie les puede exigir a las entidades bancarias que procedan de un modo u otro, es igual de cierto que el Gobierno ha adoptado medidas muy generosa con la banca que no se esta trasladando a la sociedad ni al empresario. Por tanto, si se están utilizando recursos del Estado para que la banca no se hunda y se cree flujo financiero, es cuando se genera una responsabilidad que el propio Gobierno debe exigir a la banca y que no se esta produciendo. Estamos ante el pleno convencimiento de que si la banca se mostrara más flexible muchas empresas encontrarían la forma de mantener sus negocios.

- ¿Qué nota le pone usted al Ejecutivo regional una vez pasado el ecuador de su actual mandato?

- En intenciones bien, pero en resultados, al menos en lo que respecta a nuestro sector, no han sido positivos. De las reuniones con el Gobierno hemos detectado una cierta confusión respecto de cuáles podrían ser las medidas más adecuadas para afrontar la desaceleración del sector y como consecuencia de ello la desaparición de empresas y el aumento del desempleo. Hace falta ser valiente y aportar ideas a ejecutar a corto plazo.