La banca de las Islas tiene 227 oficinas menos que hace cuatro años. Con cada puerta que se cierra para no volver a abrirse se producen despidos. Bankia, con cerca de 300 empleados menos que al inicio de la crisis, se lleva la palma en el Archipiélago. Medio millar de trabajadores de la entidad de la que formaba parte La Caja se manifestaron ayer en la capital grancanaria contra el nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que conlleva la amortización de 6.000 puestos de trabajo en toda España.

El sector bancario de Canarias ha perdido un 15,2% de los establecimientos abiertos al público por efecto de la crisis. De las 1.493 sucursales que estaban operativas al terminar el tercer trimestre de 2008 se ha pasado a 1.266, según los últimos datos publicados por el Banco de España y referidos a septiembre del año pasado.

El recorte copia con exactitud, en términos relativos, el registrado en el conjunto del Estado. En toda España y en ese mismo intervalo de tiempo se han cerrado 7.046 oficinas de las 46.118 que daban servicio antes de los sucesivos estallidos de los cimientos de la economía occidental.

En Canarias, la provincia de Las Palmas concentraba mayor volumen de negocio bancario que la de Santa Cruz de Tenerife. En 2008, la provincia oriental tenía 777 sucursales a disposición de los clientes y la occidental, 716. Con el adelgazamiento impuesto por las circunstancias, la horquilla se ha reducido. Las Palmas tiene ahora 641 oficinas y Santa Cruz de Tenerife 625, es decir, la primera de ellas ha soportado un impacto mayor de cierres -17,5%- que la segunda -12,7%-.

La explicación se encuentra en el tren elegido por La Caja de Canarias para integrarse en una entidad con más músculo financiero, tal y como ordenó el Banco de España con mayor intensidad desde 2009. En Bankia, la entidad isleña convivió con otras cajas de ahorro de fuerte implantación en el Archipiélago, caso de Caja Madrid y Bancaja. En parte como resultado de ello y también por la mejora de la eficiencia -término en el que se incluyen los cierres de oficinas y los despidos- en el arranque de Bankia, La Caja decidió prescindir de 48 sucursales. Finalmente se convirtieron en 61, con el consiguiente adelgazamiento de la plantilla en casi 300 de sus efectivos.

Escaso solapamiento

CajaCanarias, la entidad de ahorro enraizada en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, se unió a Cajasol, Caja Navarra y Caja de Burgos para formar Banca Cívica, lo que supuso un nulo solapamiento de los negocios de las cuatro cajas.

Solo tras ser absorbida por Caixabank tuvo que afrontar su particular vía crucis, si bien como en el caso de esos primeros 300 despidos de Bankia, la gran mayoría se produjeron por la vía de las prejubilaciones, las bajas incentivadas y las suspensiones temporales de contrato.

Sin embargo, esta fórmula de los despidos amables se ha agotado para Bankia. El ERE que ha puesto ahora sobre la mesa contempla 6.000 despidos, si bien fuentes de la entidad los rebajan a 4.900. Explican que mil de los puestos de trabajo no se perderán directamente en Bankia, sino en sus sociedades participadas, de las que debe desprenderse. Bruselas puso condiciones de obligado cumplimiento a cambio de los 17.959 millones de euros de dinero público inyectados a la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri.

Entre ellas, la de ceñirse al negocio bancario. Las mismas fuentes del banco en que se esfumó el patrimonio de La Caja señalaron que habrá quienes puedan mantener su puesto de trabajo después de las ventas. Los otros cien en que rebajan la cifra de despidos vienen por el acuerdo de outsourcing alcanzado con IBM y que contempla la contratación de cien empleados que hasta ahora eran de Bankia.

Ayer, los trabajadores de este banco salieron a la calle para protestar contra la pérdida de puestos de trabajo que se avecina, también impulsada por la llegada de esas ayudas desde Europa para reflotar la entidad. La pancarta que abría la marcha en la capital grancanaria contenía un lema sin ambages: "¡No a los despidos en Bankia! Ayuda a banqueros = Despidos a personas".

Por la mañana, los responsables del banco volvieron a sentarse con los representantes de los trabajadores. Ningún movimiento en lo esencial. Se mantienen los 22 días por año trabajado y un máximo de 14 mensualidades como indemnización y el recorte indefinido del 40% en las retribuciones. "Lo único que han hecho es hablar de un plan de recolocación tan absurdo como decirte que te hacen los currículos", afirmó Pedro Sánchez María, secretario general de Bankia-CCOO para Canarias.

El presidente del comité de empresa en las Islas, José Luis Cabrera (UGT-Canarias), confirmó que de las medidas alternativas a los despidos propuestas por los trabajadores "nada de nada". Como consecuencia, los sindicatos decidieron "ampliar el calendario de movilizaciones", continuó Cabrera. Al paro parcial de una hora programado para el 30 de enero, se unen ahora otros dos de la misma duración los días 4 y 5 de febrero; en los tres casos, entre las diez y las once de la mañana. Y se mantiene la huelga de 24 horas para el 6 de febrero.

La empresa continúa sin detallar el impacto que los 6.000 despidos tendrán en cada comunidad autónoma. "Alegan que afecta a la competencia, que, según nos dicen, está a la espera de saber qué territorios abandona Bankia para caer sobre ellos", explicó el presidente del comité de empresa.

En el caso de Canarias se espera que la incidencia sea menor por ser uno de los territorios de origen de la entidad, si bien se mantiene abierta la incógnita de si se considerará así para todo el Archipiélago o solo para la provincia oriental. Si los responsables de Bankia hacen valer esta última opción, Santa Cruz de Tenerife sufriría un drástico recorte de personal y oficinas.

Regresando al ámbito general del sector en las Islas, la cifra de cierre de oficinas continúa aumentando. Banesto prescindió de cuatro sucursales en Tenerife a lo largo de diciembre, cifras que quedarán reflejadas en el próximo boletín estadístico del Banco de España.

Es el preámbulo de la absorción por parte de Banco Santander, aunque en este caso el entendimiento entre empresa y trabajadores camina por aguas menos revueltas y ya con un protocolo firmado en el que el banco matriz se compromete a no acometer despidos colectivos ni traslados forzosos del personal.