Los efectos de la crisis y de la reforma laboral se dejan sentir con profusión en la negociación colectiva. Los convenios registrados en Canarias durante el año pasado solo lograron un incremento salarial del 0,59%, muy lejos del 4,07% registrado en 2008, cuando la inversión del ciclo económico comenzó a extenderse con toda su crudeza por la economía isleña. El del año pasado es el menor avance del que se tiene noticia desde al menos 1999, último año para el que el Ministerio de Empleo y Seguridad Social ofrece la estadística de convenios colectivos.

Resulta sencillo intuir que la pobreza del dato tiene más sabor a historia del que describe la serie estadística. Nunca la situación económica fue como la presente desde la llegada de la democracia. Además, aunque hasta bien entrados los ochenta muchos españoles no podía presumir de rentas disponibles por encima de lo aceptable, el galope de la inflación conllevaba revisiones salariales con valores porcentuales de dos dígitos.

Los dos factores principales que motivan este raquítico incremento de los salarios sujetos a convenio -crisis y reforma laboral- inciden con la misma fuerza en todo el Estado, lo que explica que la del Archipiélago no sea una situación aislada. Es más, ese pobre 0,59% de avance se sitúa incluso dos centésimas por encima de la media española, que se quedó en el 0,57%. Cantabria, con un 1,59%, logró el mejor registro; mientras que Aragón -0,32%- marcó el nivel del suelo.

La tasa de desempleo que padecen las Islas se sitúa por encima del 35%, a la espera de que la Encuesta de Población Activa (EPA) para el último trimestre del año pasado que se publica el próximo jueves refleje en algo el tirón del turismo y la vuelta al crecimiento de las ventas del comercio minorista, animadas precisamente en buena parte por los desembolsos de los visitantes.

En la actualidad, en Canarias hay casi 400.000 personas (393.400) en busca de un empleo, siempre según la EPA. Las reglas del mercado rigen también para las relaciones laborales: un exceso de oferta devalúa el precio de los productos o servicios. Traducido, si una empresa ofrece una contratación que resulta rechazada por, en el caso que nos ocupa, las condiciones salariales, siempre encontrará otro trabajador dispuesto a aceptarlas.

Pero además, existen otros factores. La negociación colectiva afecta en primer término a la mano de obra que está ocupada. El resultado de las conversaciones entre la empresa y los representantes de los trabajadores se refleja de forma inmediata en sus salarios. Cuando las cifras de paro no eran las actuales y la reforma laboral tampoco amenazaba con una fulminante pérdida del puesto de trabajo como sí ocurre ahora, los trabajadores contaban con más bazas para tensar desde su parte la negociación en busca de mejores condiciones. Ahora solo hay un parte que tira y arrastra a quienes logran no soltar la cuerda.

"No podemos aspirar a grandes avances", reconoce el secretario de Acción Sindical de CCOO-Canarias, Francisco Pozo. Además, en el pasado las revisiones salariales de los convenios se referenciaban a la evolución de la inflación. Mal negocio sería para el año recién terminado teniendo en cuenta que el índice de precios de consumo (IPC) registrado en las Islas fue del -0,4%.

Sin embargo, el secretario general de UGT-Canarias, Gustavo Santana, señala que a pesar de que los sindicatos siempre exigieron que se refleje el incremento del coste de la vida en los salarios cada año, "eso no se ha producido". A su juicio, "es la reforma laboral la que ha puesto en riesgo la negociación colectiva".

Los 45 convenios colectivos registrados a lo largo de 2013 en Canarias afectaron a 14.811 empresas y 123.044 trabajadores, que pactaron una jornada media de 1.807,75 horas anuales. La mayoría de las revisiones -34- se situa ron en el ámbito de empresas particulares. Sin embargo, estos convenios afectan solo a 5.633 empleados, mientras que son 117.411 los que están sometidos a los efectos de los once acuerdos cerrados en un ámbito superior (sectorial).

La explicación a esta aparente desproporción entre número de convenios y trabajadores radica en el general pequeño tamaño de las empresas canarias. "Aquí hay muy pocas empresas grandes", confirma Francisco Pozo.