La subestación de Sabinal, que conducirá definitivamente al pasado al mayor punto negro del sistema eléctrico español, estará terminada antes del verano y entrará en funcionamiento este mismo año tras culminar la preceptiva fase de pruebas. Las inundaciones por las lluvias del pasado mes de octubre han sido el último obstáculo para una infraestructura vital para incrementar "la fiabilidad" del suministro, según reconoció ayer la directora general de Transporte de Red Electrica de España (REE), Eva Pagán.
Primero fue el estado del terreno en el que se ubica, "peor de lo que se esperaba", según anunció hace un año el antecesor de Pagán en el cargo, Carlos Collantes. Después, las torrenciales lluvias de hace algo más de cinco meses. Factores que se alinearon para alejar del cumplimiento el vaticinio del presidente del operador del sistema eléctrico, José Folgado, quien en el acto de puesta de la primera piedra de Sabinal estimó que podría bastar un año para acabar con la espada de Damocles de un apagón que deje a oscuras a la capital y la zona norte de la Isla.
La subestación de Jinámar uno de los elementos extraordinariamente "grandes y críticos", según Pagán, para garantizar que ningún punto de las Islas se quede a oscuras, concentra 37 posiciones -entradas y salidas de líneas-, dato que le sirve para ostentar el dudoso honor de ser la más saturada de España. Según informó la propia empresa, Sabinal asumirá "un total de 15 posiciones", parte de ellas provenientes de Jinámar. Además, mantendrá otras de reserva "que permitirán reducir progresivamente la concentración de líneas que actualmente conectan en la central eléctrica".
El coste de las obras se elevaron por encima de los 36,1 millones de euros presupuestados inicialmente, debido principalmente al mal estado del terreno. Sin embargo, tanto Eva Pagán, como la delegada de REE en Canarias, Ainara Irigoyen, descartaron hacer público el incremento. La primera de ellas afirmó que no "merece la pena destacarlo", mientras que la segunda negó que el incremento de la partida presupuestaria obligue a relegar alguna de las obras contempladas en la planificación 2015-2020, que cuenta con 991 millones de euros de inversión para las Islas. La directora de Transporte explicó, además el "esfuerzo de integración paiajística" que supone Sabinal. "Así nos lo pidió el ayuntamiento", de Las Palmas de Gran Canaria, explicó.
En el repaso al estado de las obras en el último año y los próximos meses, Irigoyen señaló que antes de terminar 2016 entrará en funcionamiento la subestación de Santa Águeda que reforzará el suministro en el Sur de Gran Canaria y se revela esencial para la central de bombeo Chira-Soria. También a punto de finalizar se encuentra la ampliación de la de Muelle Grande, mientras que se intentan iniciar la de Buenos Aires, esencial para el suministro en Santa Cruz de Tenerife, y la de Callejones, que incrementará la seguridad del transporte eléctrico y servirá para la evacuación de la energía de los parques eólicos proyectados en dicha isla.
Candelaria, talón de Aquiles del sistema eléctrico tinerfeño, tendrá que esperar a 2018 para su relevo. En ese año entrará en funcionamiento la subestación de Caletillas, según anunció Pagán.
