Son algo más de 8.000 los canarios que siguen trabajando a pesar de haber cumplido ya los 65 años. Un número cerca de un 20% superior al de hace un año, se- gún se desprende de los datos de la Encuesta de población activa del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La casuística es muy grande. Hay quienes deciden continuar en sus puestos porque no cuentan con los años de cotización suficientes para disfrutar del 100% de la pensión, quienes tienen un nivel de vida que no pueden sufragar con la jubilación o incluso quienes, simplemente, se sienten más jóvenes y útiles por seguir en activo. En cualquier caso, hay que recordar que continuar trabajando tiene premio, ya que la pensión se incrementa en un porcentaje extra de entre un 2 y un 4% en función de los años cotizados. Y ello sin olvidar el alivio para el sistema y la hucha de las pensiones, toda vez que se retrasa el pago de la jubilación.
Al margen de los motivos individuales, lo cierto es que la tendencia hacia mantenerse en el empleo más allá de los 65 años y cuatro meses (la edad legal de jubilación, que se reduce a 65 justos para quienes acrediten un mínimo de 36 años cotizados) parece consolidarse. Los últimos datos del INE, correspondientes al segundo trimestre de este año, permiten descubrir que hay en el Archipiélago 8.100 personas mayores de 65 que se mantienen en sus puestos de trabajo, de modo que la tasa de ocupación es de un 2,5% de la población canaria de ese grupo de edad.
Esas alrededor de 8.000 personas no son la cifra más alta de los últimos años (eran, por ejemplo, unas 9.400 a finales de 2011, el ejercicio en que la crisis económica entró en el período de mayor dureza), pero la Encuesta de población activa pone de manifiesto un considerable incremento interanual. Esos 8.100 canarios ocupados pese a haber cumplido ya los 65 representan un aumento de, exactamente, un 17,4% con respecto a los 6.900 de hace un año. De hecho, en los últimos meses de 2015 y los primeros de 2016 llegó a haber en las Islas entre 9.900 y 11.200 personas en esta situación, cantidad esta última que no se había alcanzado al cierre de ninguno de los ejercicios inmediatamente anteriores. Los datos del INE también muestran que la mayoría de esas 8.100 personas son mujeres, un total de 4.300 (los hombres son, por tanto, 3.800).
Las estadísticas del INE corroboran así los diversos informes, como, por ejemplo, los del Instituto Aviva de Ahorro y Pensiones, que vienen insistiendo en cómo son cada vez más los ciudadanos, ya no solo en la Comunidad Autónoma, sino en el conjunto de España, que estarían dispuestos a trabajar incluso en la edad de jubilación, si bien hay que puntualizar que también ha crecido la percepción de que serán mayoría quienes tendrán que hacerlo quieran o no para poder garantizarse una jubilación digna.
La edad legal mínima de jubilación, esos 65 años y cuatro meses, no implica obligatoriedad alguna, esto es, retirarse del mercado laboral es un derecho voluntario, tal como viene repitiéndose desde la Seguridad Social especialmente desde que las estrecheces presupuestarias han menguado sobremanera la hucha de las pensiones. Tan es así, que expertos y economistas han hecho hincapié en la necesidad de alargar al máximo la trayectoria laboral, para incrementar los años de cotización de los trabajadores e intentar así garantizar un sistema de pensiones en entredicho.
En 2013, el Gobierno estatal, presidido por Mariano Rajoy, aprobó un decreto ley para promover la continuidad en el empleo más allá de los 65, una normativa que incluso posibilita, bajo determinados requisitos, compatibilizar el trabajo, ya sea por cuenta propia o ajena, con el cobro de parte de la jubilación, lo que sería un "pensionista activo".
