A lo largo del primer trimestre de este año se registraron cerca de 1.400 nuevos procesos concursales en toda España. En comparación con el mismo periodo del año pasado, el dato significa un empeoramiento del 8,3%. Desde que la crisis de deuda soberana estalló con toda su fuerza colocando al país al borde del rescate, la tendencia había sido bajista, trimestre por trimestre se presentaban menos concursos que en el anterior, ahora los expertos advierten de que se ha alcanzado un punto de inflexión.
La mayoría de las empresas que subsistieron al peor momento que hasta la fecha han padecido las economías occidentales de manera generalizada en la época moderna han logrado remontar el vuelo. Sin embargo, las menos, cruzaron ese indeseado Rubicón con un nivel de endeudamiento que afectaba a la operativa. Ni los ajustes, llámense despidos -colectivos en numerosos casos- o reducciones de salarios les permitieron recobrar la fuerza suficiente. Pagar las deudas les lastran hasta el punto de tener que tirar la toalla.
De los bajos tipos de interés se han beneficiado las más grandes, las que tienen el poder suficiente como para obligar a la banca a renegociar los préstamos. Las que caminaban con un tambaleo acusado no corrieron la misma suerte. Las entidades financieras, también acuciadas por el severo recorte de márgenes que ha conllevado una política monetaria que ha colocado en casos por debajo de cero el precio del dinero, además de por las exigencias de capitalización que deben cubrir en los test de estrés, no están para apuestas de futuro.
El Área de Administración de Riesgos de Crédito y Caución, aseguradora del segmento del crédito interior y a la exportación del Grupo Catalana Occidente, detalla en un informe que por vez primera "desde 2012, el número de procesos concursales registra crecimientos interanuales", según datos extraídos del Boletín Oficial del Estado.
Canarias no se ha metido aún en incrementos, atendiendo a los datos que ofrece periódicamente el Consejo General del Poder Judicial sobre el efecto de la crisis en la judicatura. Sí es cierto que en el último trimestre del pasado año se presentaron 34 concursos, siete menos que en el mismo periodo, recorte que es solo la tercera parte del que se produjo en el trimestre inmediatamente anterior.
"Los últimos informes difundidos por Crédito y Caución prevén, tanto para el cierre de 2016 como para 2017, un estancamiento general de los niveles de insolvencia en los mercados avanzados, el peor desempeño desde 2009", sostiene el documento elaborado por la empresa aseguradora.
Desde el máximo de 2013, cuando entraron alrededor de 10.000 procesos concursales en los juzgados de lo mercantil de toda España, la cifra ha ido menguando de forma paulatina. A partir de 2014 y hasta la mitad de 2016 el comportamiento de las cifras dibujó una mejoría continuada. "Sin embargo, la segunda mitad de 2016 ya anticipó un posible cambio de tendencia y España cerró finalmente el ejercicio ligeramente por encima de los 5.000 nuevos procesos concursales, niveles de insolvencia judicial muy por encima de los 1.000 casos anuales previos a la crisis".
Alcanzar esas cifras previas al crack económico se antoja complicado teniendo en cuenta que casi ninguna variable económica ha recuperado los valores de la época de bonanza. El desempleo continúa en tasas muy elevadas y los salarios son menores que entonces, circunstancias que conllevan un recorte de la demanda. Menos dinero en el bolsillo implica menos consumo y esto a su vez conduce a una menor necesidad de los productos y servicios que sirven las empresas.
