Mariano Rajoy lanzó ayer un mensaje rotundo a los españoles en su intervención en el debate electoral con Rubalcaba: que se ve ya presidente, que piensa como si ya hubiera conseguido la investidura y que además está convencido de que no hay ni un solo ciudadano de este país que no crea que vaya a ser así. Sigue sin anunciar casi nada de lo que hará cuando empiece a gobernar, pero ayer fue al debate sabiendo que, de hecho, ni nadie lo esperaba, ni nadie se lo pedía, salvo el candidato socialista.

No dejó resquicio a la duda prácticamente desde el inicio del debate, y para ello contó con la ayuda de Rubalcaba, que actuó de facto como aspirante y se dirigió a Rajoy casi como examinándole. El dirigente del PP, muy tranquilo toda la noche y hasta un punto displicente con su contrincante, manejó bien la escenografía, siempre al servicio de una estrategia de presentarse como presidente in pectore y dejando claro que no se iba a molestar en entrar en la dinámica de debate que proponía Rubalcaba.

Para ello hizo uso de su mejor gestualidad y expresión irónica para centrarse en el único discurso que pensaba desplegar: la crisis es culpa del Gobierno socialista, del que ha sido miembro destacado su oponente en estas elecciones. De hecho, en el primer minuto ya había sacado a relucir los más de cinco millones de desempleados.

Antes las reiteradas preguntas a las que le sometía el candidato socialista sobre sus intenciones en relación con los recortes que éste cree que hará el PP, Rajoy torció el gestó y hasta pareció enfadarse, tachando a Rubalcaba de mentiroso e insidioso. "No voy a cambiar el modelo del cobro del desempleo", fue la frase más rotunda respecto a su programa que llegó a expresar el candidato popular.

Seguro, con aplomo y hasta descarado en ocasiones, Rajoy se permitió bromas que denotaban hasta una cierta conmiseración hacia su contrincante, como cuando le dijo que no se pusiera nervioso porque "no le va tan mal el debate". Jugando a no arriesgar, Rajoy se mostró convencido de que no era un debate entre candidatos, sino un trámite hacia la Presidencia.