El diablo de azufrado aroma demostró ayer que sigue de ronda por El Hierro hasta nuevo aviso. Y lo hizo a través de dos vías que evidencian que el magma sigue empujando. Por un lado, el volcán submarino situado frente a la costa de La Restinga despertó de su aparente letargo en la madrugada de ayer y volvió a salpicar al mar de Las Calmas de nuevas manchas verdosas que corroboran su reactivación. Por otro, la directora del Observatorio Geofísico del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Carmen López, destacó que "no se puede descartar" que se abra otro foco eruptivo bajo las aguas al norte de El Golfo, frente al municipio de Frontera, aunque probablemente en cotas tan profundas que no habría pruebas en superficie de la respiración de la nueva boca.

La señal de tremor, en términos científicos la voz que acompaña a los fenómenos eruptivos, aumentó ayer de intensidad en el entorno de La Restinga, hasta tal punto que volvió a ser percibida por sus habitantes. Algunos, a la vista además de que emergían nuevas manchas acompañadas de restos humeantes de magma, optaron por abandonar sus casas una vez más a pesar de que el Plan de Emergencia por Riesgo Volcánico (Pevolca) no decretó ningún tipo de evacuaciones al considerar que por el momento "no existe riesgo para la población", según aseguró ayer por la tarde el director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno canario, Juan Manuel Santana.

Fenómenos conectados

El fenómeno sísmico-volcánico que recorre El Hierro de norte a sur debe ser entendido como un sistema único que se retroalimenta. Así lo puso ayer de manifiesto Carmen López, que estableció una conexión directa entre el aumento de la sismicidad al norte de la isla del Meridiano y el despertar de la erupción en La Restinga. Según esta teoría, los terremotos al norte habrían provocado una mayor presión sobre el flujo de magma que se traduce en el incremento de la emisión de lava y en especial de gases en la fisura del sur, que se habría convertido de algún modo en una válvula de escape para aliviar la tensión generada en el conjunto del sistema sísmico-volcánico.

Lo cierto es que las dos vertientes del proceso evolucionan de manera muy diferente. Tras la deformación inicial, el terreno se relajó con la erupción en la zona sur de El Hierro, mientras que creció al norte, aunque por el momento se mantiene estable. Además, en esta zona los terremotos se desarrollan en dos niveles distintos: en una franja donde tienen lugar los sismos de mayor intensidad situada entre los 20 y los 26 kilómetros y otra que fluctúa entre los 14 y los 15 kilómetros. El mayor sismo registrado ayer alcanzó los 2,8 grados en la escala de Richter y se localizó a 24 kilómetros de profundidad.

Comité Estatal en prealerta

En cuanto a la eventual erupción en el área de El Golfo, los científicos consideran que tendría unas características similares a la que tuvo lugar frente a La Restinga, pero a mucha mayor profundidad. "No hemos recibido señales que indiquen la posibilidad de una erupción en tierra", destacó ayer Carmen López. Además, apuntó que es improbable que se activen dos bocas al mismo tiempo (una en El Golfo junto a la activa en La Restinga), puesto que no hay antecedentes documentados de erupciones simultáneas en Canarias, sino consecutivas. Sí se han producido en otros lugares del planeta. En cuanto a la duración de este espectáculo de la naturaleza y una verdadera pesadilla para los herreños, López solo pudo decir que "por mucho que dure esta fase eruptiva, llegará un momento en que el material magmático se agote y deje de salir", pues la aportación procedente del manto terrestre tarda como poco cientos de años en llegar al nivel donde se encuentra esta bolsa de magma.

Mientras tanto, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior "prealertó" a los miembros del Comité Estatal de Coordinación de Riesgo Volcánico que sigue la evolución de la crisis herreña (integrado por varios departamentos estatales y militares), lo cual significa que deben estar disponibles para reunirse de urgencia. El Pevolca, por su parte, no prevé por el momento rescatar medidas como el cierre del túnel de Los Roquillos por la profundidad de los sismos. Pero el diablo todavía acecha y brama.