"Érase una vez, en un lugar mágico y hermoso del Atlántico, surgió una isla muy larga, con mucha luz y perfiladas montañas. Un lugar donde el sol brilla en casi todas las estaciones..., que durante muchísimas décadas fue llamada el granero de Canarias..."
Así comenzó la majorera Luz Marina Padilla su cuento Sembrando cereales que escribió dentro del Programa de Animación a al Lectura y que ha logrado un enorme éxito en Fuerteventura. Una lectura acompañada de los mayores de la Asociación Cultural Peña del Almirez que ofrecieron el baile del trigo, y escenificaron en el marco de la Feria Insular del Libro de la capital una jornada de trabajo en el campo majorero.
Un acto que reunió a numeroso público para disfrutar de esta labor "casi perdida". "Cuando el verano comenzaba a marcharse y se daba la bienvenida al otoño, antes de las primeras lluvias, los agricultores inic iaban la labor de arar la tierra", narra Padilla.
Al amanecer se encontraban con un grito llamado 'juroneo' para iniciar la faena en la gavia. "Los gañanes, hombres que tirabandel arado, labraban ayudados de mulos, bueyes o burros para abrir surcos y moler el terreno, y así se daba paso a la siembra del cereal sobre la tierra surcada", explica con detenimiento Marina Padilla.
Los actores Agustín, con el molino de mano, Estrella y Carmelo con los instrumentos y Trino, Eloisa, Matilde y Ángeles revivieron esta tradición y escenificaron el antiguo baile del trigo.
"Una vez en la sementera comienza el trabajo entonando canciones, pies de cantar romances y aureando para incentivar la recogida", añade Luzma. Los pies de cantar eran: Le doy al viento mi montera/ Y el viento no me la lleva/ Ayúdame compañero/ Arrancar que yo no puedo/ Que linda flor si goliera/ la flor de la marañuela.
La animadora sociocultural Luz Marina Padilla, de 52 años, es una enamorada de las tradiciones majoreras y vive siempre inmersa en la investigación de costumbres. Su familia procede de Betancuria aunque nació en el Valle de Chilegua porque sus padres eran aparceros y trabajaban en los tomateros. Con cinco años se fue a Gran Canaria y allí pasó toda su adolescencia. "Recuerdo que me uní al colectivo Neiga de Telde y siempre con inquietudes", desvela.
Luzma escribió La isla del viento, resultado de un taller con los mayores, y recuperó 'el viaje de la mariposa monarca'. "Ahora estoy con la versión en cuento del médico de los corderos: El yerbero del barranco de Las Peñitas. Siempre para dejar la historia a los niños, que conozcan nuestra cultura, y no se pierda", indica Luzma. Una majorera incansable que está a punto de convertirse en artesana tejedora, una labor sobre la que también ha escrito.
De esta forma la Feria Insular del Libro ha contado no sólo con escritores nacionales de éxito, sino también con autores canarios y de Fuerteventura como Luz Marina y Rosa María Cruz que contó a más de un centenar de niños sus Cuatro estaciones con ilustraciones propias.
Rosa Cruz ofreció en el espacio de la feria una presentación acompañada de la música clásica de las Cuatro estaciones de Vivaldi. Una invitación de vivir y soñar que enamoró a los pequeños que preguntaron a la autora sobre el arte de escribir, la inspiración y los dibujos.
Otro éxito fue el del autor Justo Martín Pérez con el cuento El fantasma gris, relato que se desarrolla en torno a un acontecimiento que suscitó un gran interés en la isla: el encallamiento del American Star. Otro es Isla a isla, cuento a cuento. Historia para leer, narrar y silbar, de Daniel Martín, Sandra Franco Álvarez y Juan Carlos Saavedra, con las ilustraciones de Lourdes Navarro de las nueve islas, incluidas Lobos y La Graciosa.
