La Provincia - Diario de Las Palmas

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Exposición 'La Mujer y el Mar'

Mercedes Hierro añora salir a mariscar

La vecina de El Cotillo creció en la carpintería de ribera de su padre y siempre fue pescadora

Mercedes en su casa enseña un cuadro dedicado a su trabajo como marinera. FUSELLI

Mercedes Hierro Morales (31-11-1931) vive de sus recuerdos como mariscadora y marinera en El Cotillo porque ya sale poco a la calle tras romperse una pierna y quedarse con poca movilidad. Es la protagonista de la exposición 'La Mujer y el Mar' impulsada por el Instituto Canario de Igualdad, Gobierno y Cabildos, con motivo del Día Internacional de la mujer rural celebrado el pasado 15 de octubre. "Agredecí mucho ques e acordaran de mi y que rescatem el trabajo de las mujeres marineras", destaca.

"Fuimos 10 hermanos, ocho chicas y dos chicos, y crecí en la carpintería de ribera de mi padre en El Cotillo. Siempre me gustó el mar: calar, mariscar y hacer los chinchorros, una vida que añoro mucho", asegura.

"Mi abuelo fue torrero de los faros y mi padre, Miguel Hierro al igual que sus tres hermanos fueron carpinteros de ribera, se casó en Jandía con Florentina Morales, pero vivieron en El Cotillo. Yo siempre ayudaba en el taller, aprendí a calafatear el barco y poner la estopa en las juntas de madera. Fue una infancia muy bonita en mi pueblo", recuerda. En este núcleo vivían unas 19 familias, y se llenaba de gente en verano."El muelle era una garganta, un infierno, cuando se ponía temporal yo salía corriendo con una bandera, me subía al torreón o los riscos para avisar a los marineros que estaban fuera que no podían entrar al muelle porque los empujaba contra los acantilados y los mataba", cuenta.

Mercedes se casó joven con el marinero Guillermo Gutiérrez y su primer hijo falleció en el parto en Gran Tarajal, pasaba temporadas allí cuando su marido transportaba los paquetes de tomate de Fuerteventura a Las Palmas. Al año siguiente, alumbró a su segundo hijo Antonio, y ya no tuvo más . "Mi hijo ya tiene 60 años y quiso ser patrón de barco, el mar siempre fue nuestra pasión" señala .

"Mi marido con 40 años se quedó incapacitado, así que salimos adelante con mucho trabajo cogía mejillones, lapas, carnada de vieja y cuando rellenaba un bote me pagaban cinco duros y me daba para dos litros de leche", rememora.

Mercedes aprendió a leer y escribir siendo adulta, a través de Radio Ecca, pero nunca se le escapó un números. "Pusieron la primera cámara de frío en el muelle para el pescado y yo estuve al frente de las cuentas de los marineros porque siempre fui valiente. Lo que cogía cada uno se pesaba y se hacía una factura, yo me levantaba de madrugada para empaquetar los kilos de pescado y mandarlo fuera. Llegaban los sobres con el dinero de cada uno, lo repartía y todos los pescadores me felicitaban".

Mercedes y su marido alquilaron un local junto al muelle para poner un bar, y luego se convirtió en el restaurante Bar Playa. "Siempre tuvimos barcos, y yo hacía las paellas de marisco, pescado y lapas. Ahora trabajan mis nietos, está en el mismo local , se llama El Callao", afirma a sus 85 años.

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