El Ayuntamiento de Telde ultima estos días una nueva ordenanza que, entre otros objetivos, persigue la erradicación definitiva de la figura de los aparcacoches ilegales.

El concejal de Seguridad de la institución, Juan Francisco Martel, señaló días atrás a este rotativo que el texto que vetará la presencia de los conocidos como gorrillas en los aparcamientos del casco está prácticamente "listo" para ser aprobado en una de las próximas sesiones plenarias del consistorio tras haber sido sometido a examen por parte de un gabinete jurídico.

El ayuntamiento teldense lleva ya más de un año trabajando con esta idea, pero la falta de recursos humanos y distintos inconvenientes han postergado su tramitación.

La ordenanza asume las reivindicaciones de vecinos que en los últimos tiempos se han quejado por la proliferación de aparcacoches que, de manera ilegal y en ocasiones a través de coacciones, exigen el pago de una pequeña cantidad a los conductores por aparcar en distintas explanadas habilitadas para tal fin en las horas en las que no se encuentra disponible el personal de la cooperativa de discapacitados de Cosava -cuyo pago también es voluntario, como ha confesado en ocasiones el edil- o incluso coincidiendo con estos trabajadores en aquella zona.

Un hecho, el de su alusión, cuando menos curioso por cuanto el propio Martel reconoce que no se tiene constancia, al menos hasta hoy, de la prestación de este tipo de servicios en la vía pública.

El munícipe alega por ello que la norma tiene "carácter preventivo" y se dirigiría contra las personas que opten por contratar "servicios de naturaleza sexual en espacios públicos siempre y cuando esta acción altere la tranquilidad y/o seguridad de los ciudadanos", aclara el documento. Las infracciones de esta ordenanza son calificadas como leves, graves y muy graves.

Las primeras se sancionarían con multas de hasta 75 euros; las graves podrían llegar a 200 y las muy graves -entre las que se hallarían los clientes de las meretrices- tienen como techo los 500 euros.