El proyecto de la cadena Riu para derribar y reconstruir el hotel Oasis Maspalomas reduce a la mitad el palmeral que se encuentra dentro de la parcela y “privatiza hasta las vistas de esa zona verde”, según denunció ayer el grupo Lopesan al comparar las volumetrías del actual establecimiento con las que figuran en los planos presentados por la empresa hotelera mallorquina al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana.

Lopesan, que reclama la declaración del hotel Oasis como Bien de Interés Cultural y la recuperación de los espacios públicos que fueron ocupados de forma irregular en los años setenta, asegura que el proyecto de Riu genera el efecto visual de un muro de 370 metros de largo y 25 metros de altura, lo que impedirá hasta la contemplación por parte de los ciudadanos de lo que queda del histórico palmeral de Maspalomas.

El estudio realizado por los departamentos técnico y jurídico del grupo que preside Eustasio López concluye que “la superficie de suelo que se altera y modifica de manera irreversible, correspondiente a la suma del hotel existente y el hotel en proyecto, es de 30.000 metros cuadrados, esto es, más de la mitad de la superficie actual y mucha más que la originalmente propia de la parcela”. Lopesan -a partir de una sentencia del Tribunal Supremo que finalmente no fue ejecutada a petición del Gobierno de Canarias para salvar los puestos de trabajo- entiende que Riu ocupa 31.541 metros cuadrados de espacio público, los 26.435 metros del denominado “bosque de palmeras” (en la parte interior de la parcela) y los 5.106 metros del jardín que limita con la playa de Maspalomas.

Respecto al efecto visual del hotel en proyecto, una vez comparadas las volumetrías, es el que corresponde a un edificio real de ocho plantas (porque cada planta tiene más altura de lo habitual) y más de 9.000 metros cuadrados, que genera la sensación de un muro o pantalla porque la cornisa a 25 metros de altitud se prolonga durante 370 metros. Según los técnicos de Lopesan, el efecto visual que produce es mayor que el del hotel Costa Meloneras, que le dobla en superficie y capacidad alojativa. “Supone la privatización paisajística del palmeral del Oasis que, al menos hoy día, es posible disfrutar visualmente”, resalta el informe.

La construcción de una piscina en el centro del denominado “bosque” también perjudicará al palmeral, pues la superficie de la propia pileta de baño y el solárium de sus alrededores obliga a eliminar un buen número de ejemplares en el corazón de la principal zona verde natural de Maspalomas.

Además de esos “daños” al palmeral, Lopesan considera que la entrada principal del hotel por la Plaza del Faro producirá una apropiación de facto de dicho espacio, por que “cuadriplicará el tráfico rodado y segregará al peatón a espacios de circulación limitados”.

Imagen negativa

Además, la ubicación de la entrada de servicio del nuevo Oasis frente al acceso principal del Gran Hotel Residencia, del grupo liderado por Theo Gerlach, “afectará negativamente al establecimiento de mayor categoría de la zona turística de Maspalomas-Meloneras”. De igual forma, la ejecución de una fachada trasera de corredores y pasillos hacia la Plaza del Faro generará una “pésima imagen a esa zona”, pues es una copia del estilo arquitectónico utilizado en los edificios obsoletos de la avenida de Tirajana, en Playa del Inglés.

Aparte de cuestionar el proyecto arquitectónico de Riu, el equipo jurídico de Lopesan sigue analizando el planeamiento municipal de San Bartolomé de Tirajana desde 1969, fecha de la construcción del Oasis, porque entiende que en los sucesivos cambios de propietario de ese suelo se ocuparon espacios públicos. También se miran con lupa las resoluciones del Gobierno de Canarias que evitaron, en 1983, la demolición de una parte del actual hotel Oasis, la denominada parcela D, por haber invadido terreno público.

Una sentencia del Tribunal Supremo del año 1973 obligaba a los entonces propietarios del hotel, la familia Del Castillo, a demoler las instalaciones más cercanas a la Charca de Maspalomas, pero el Ejecutivo de Jerónimo Saavedra, recién creada la Comunidad Autónoma, realizó una declaración de interés público “por razones económicas, sociales, turísticas y ecológicas”.

Aunque la Comisión Provincial de Urbanismo promovió la paralización del derribo para salvar los puestos de trabajo, estimó “primordial” la conservación del conjunto de paisajes naturales de las Dunas de Maspalomas, ampliando ese espacio protegido al lago y al palmeral. También instaba a los jueces a seguir esos criterios en la ejecución de la sentencia para “garantizar su pleno uso y disfrute por toda la comunidad”.

Diferencias entre hotel y proyecto

  • Superficies: Incremento de ocupación y edificación
  • Plazas hoteleras: Más camas sin incrementar la categoría
  • Número de pisos: Seis plantas
  • Máximos de edificación: Un muro continuo de 25 metros de altura