En Roque Prieto el agua es tan, tan salada que hasta el marido de Mercedes Moreno se tiene que echar una crema aftermargullo para atemperar el picor de la salazón.
Donde el pueblo de La Atalaya pierde el nombre para entrar en el mar aparece el sitio, dos grandes piletas intermareales que en su día se clasificaban como el Charco de los Hombres y el Charco de las Mujeres, divididos por una antigua peña que hacía de biombo y que un día de leva se mandó mudar.
Desde antiguo bajaba allí gran parte del personal de toda Santa María de Guía, como es el caso en la actualidad, y lo hacían con sus bocadillos de chorizo, café con leche y un membrillo escachado sazonado con el agua transparente hasta la invisibilidad de unas piscinas tan alejadas de casas y entramados que forman casi un ecosistema propio.
Rosa y Mercedes Benítez, que están hoy con Belinda Castellano, la hija de la segunda, cuentan de cuando se estibaban las butsir, el pescado salado, las papas y las batatas para el sancocho en barreños de lata, y el cómo con sogas y colchas se iban armando tinglados pegados al risco a modo de jaimas que otorgaban a Roque Prieto un delicioso aire de campamento marino aliñado con el niño no te metas ahí dentro, no te estés alongando por fuera y no corras por el marisco que te desnucas.
La Gueldera, La Cunita o Los Fideos se añaden a la toponimia de las piletas de Roque Prieto, nombre cuyo origen monta un debate entre Mercedes Moreno y Manuel Benítez, éste último bañista del lugar todos los días del año. La primera apunta al nombre de un vigía en los tiempos de la Conquista y el segundo se aproxima más, señalando a la geología del lugar. Pero si atiene al significado de prieto en portugués, como referencia al color negro, y a la evidencia del roque se arma el topónimo, según lo explica el catedrático de Filología Española Maximiano Trapero en su estudio Estructura semántica de los nombres de color, al igual que ocurre en Barranco Prieto, Valleseco; o Llanos Prietos en Agüimes.
En cualquier caso, Manuel, apenas mintuos antes de darse un barrigazo, pondera que estas aguas, "según estudios", son las más limpia de toda Canarias, sin que exista evidencia de todo lo contrario y por eso anda que trina por una cuba que antier echó un manguerazo a la plataforma anexa, dejando "todas las algas enterradas en tierra".
También ilustra que en Roque Prieto está prohibido "ahogarse de lunes a viernes" por la falta de vigilancia, y que ahora mismimito, este fin de semana, como también anunciaban las hermanas Benítez, llega la fiesta de La Madrina, una antigua costumbre que empezó con una bajada de papagüevos durante horas y horas con remate de verbena del solajero y que con el andurriar de los años incorporó virgen y procesión, sin que el cambio no parezca convencer del todo a la concurrencia más veterana.
En todo caso lo que no ha variado es la Elección de la Madrina de Roque Prieto, una reina del salado que se coronará este próximo domingo a las doce del mediodía después de un concurso de pesca que comienza a la madrugadora hora de las siete de la mañana.
Pero será a partir de las dos y media cuando Roque Prieto más se parezca al de los viejos tiempos, con una paella colectiva y una fiesta de la espuma que hará rememorar los barreños de lata con aquellas butsir, papas y batatas...
