¿Qué tipo de cambios introduce el nuevo planeamiento de San Bartolomé de Tirajana con respecto a la ordenación urbanística vigente?
Prácticamente no hay cambios con respecto al plan de 1996, que es el que está vigente hasta que se apruebe definitivamente este nuevo planeamiento. El uso turístico del suelo sobre las que se ubican las urbanizaciones que están en el litoral ya estaba recogido con anterioridad. Solo que ahora el plan obliga a cumplir la ley turística a rajatabla. A partir de ahora no se permitirá que un señor que ha invertido en un complejo y paga gastos de personal e impuestos tenga que compartir el mismo espacio con otro señor que alquila de forma ilegal su inmueble para periodos vacacionales. Por lo tanto, lo que se pretende es proteger el principal motor económico de las Islas, que es el turismo.
Sin embargo, hay propietarios de apartamentos en el Sur en cuyas escrituras de sus inmuebles figura uso residencial.
En estos casos hay que tener en cuenta que lo que prima es lo estipulado por la ley turística, que es precisamente el marco jurídico en el que se basa el nuevo plan. Sí que es verdad que hay zonas, como Sonneland o los altos de La Gloria de San Agustín, que están constituidas como suelo residencial; pero el resto de suelo es de uso turístico desde antes de 1996.
Entonces ¿era previsible que en algún momento se limitara el uso del suelo a viviendas de carácter permanente en municipios turísticos?
Claro, era un secreto a voces. El turista que nos visita busca tranquilidad y, en muchas ocasiones, la imagen que dan los edificios de uso mixto, con ropa tendida de los residentes, ladridos de perro u otro tipo de ruidos propios de una vivienda no es la adecuada. Hay que tener en cuenta que muchas de las urbanizaciones a las que se les ha dado con el tiempo un uso residencial en la zona turística no cuentan con las dotaciones necesarias, como colegios o parques, porque precisamente el uso que tienen en la práctica no corresponde al que deberían tener en teoría. Y esta mezcla de usos en un mismo espacio impide, en muchos casos, que el sector alcance los cánones de calidad deseados.
¿Cree que la nueva ley turística va a atraer nuevos inver- sores?
Sí, porque la normativa incentiva proyectos de renovación y rehabilitación. Por ejemplo, existen subvenciones europeas en el ámbito de la renovación de complejos turísticos en Canarias y Baleares, que facilitan que los establecimientos puedan aumentar su categoría y capacidad.
