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Opinión

Cuando los Araña tomaron posesión de las Tirajanas

Sánchez Araña y Araña del Toro destacaron en el desarrollo de Santa Lucía y San Bartolomé

Manuel Sánchez Araña, izquierda, junto a Silverio Matos y Carmelo Ramírez.

Se cumplieron el pasado 5 de septiembre 40 años de la toma de posesión de las alcaldías de San Bartolomé de Tirajana y Santana Lucía de Tirajana, por parte de los designados por el Gobierno Civil de la Provincia de Las Palmas: Francisco Santiago Araña del Toro y Manuel Sánchez Araña, respectivamente.

Dos municipios, San Bartolomé y Santa Lucía que, abarcando algo más de un cuarto del territorio de la isla de Gran Canaria, partiendo desde el macizo central de la isla y unidos por el Barranco de Tirajana, comparten límite con el Atlántico.

Dos alcaldes que se iniciaban en la tarea de sacar a sus municipios de la desidia en la que estaban hundidos y que, cuarenta años después, hoy en día, pueden contemplar (Araña del Toro con 85 años y Sánchez Araña con 86), cómo se han transformado en la cúspide del turismo mundial, el de San Bartolomé y baluarte de la canariedad y las tradiciones el de Santa Lucía y, convertido también en el mayor centro comercial urbano a cielo abierto de la isla de Gran Canaria, el principal núcleo poblacional de éste último: Vecindario.

Hijos Predilectos de sus respectivos municipios. Los pueblos de Santa Lucía de Tirajana y San Bartolomé de Tirajana se pueden sentir satisfechos, pues tuvieron la oportunidad de rendirles homenaje -en vida-, tanto a Manuel Sánchez Araña (en marzo de 2011) y a Francisco Santiago Araña del Toro (en marzo de 2012), con el nombramiento de Hijos Predilectos de sus respectivos domicilios.

Las corporaciones locales de los Municipios esgrimieron toda clase de elogios y motivos justificativos para sendos Títulos Honoríficos. La de San Bartolomé de Tirajana, presidida por Marco Aurelio Pérez Sánchez y, a favor de Araña del Toro, eran: "En reconocimiento a su labor como Alcalde entre los años 1975 y 1991, en que dotó al Municipio de una infraestructura urbana, social, cultural, educativa, deportiva y turística que convierte a su gente en una sociedad moderna y comprometida con la nueva realidad".

La de Santa Lucía de Tirajana, presidida por Silverio Matos Pérez, a favor de Sánchez Araña, eran: "Por el importante papel que jugó en su etapa como regidor del municipio (de 1975 a 1979); por ser una persona abierta, generosa y colaboradora que ejerció una importante función mediadora". En su faceta de "mediador" (en los inicios de la era democrática militó en UCD), fue decisivo intercesor para que visitara el municipio el por entonces Presidente del Gobierno Adolfo Suárez, al que sin ninguna duda se le debe la transformación socioeconómica del Municipio, con aquel Plan Especial de Inversiones para Infraestructuras Básicas.

Respecto a San Bartolomé de Tirajana, Araña del Toro cumplió su promesa de recorrer palmo a palmo el municipio después de su toma de posesión y oír las demandas y necesidades de cada pueblo y cada vecino. Así, aquel mes de septiembre de 1975 fue de una actividad vertiginosa, por ejemplo: en la primera sesión plenaria de 20 de septiembre, se aprobaba un paquete de 44 asuntos, encaminados a la mejora social, cultural y deportiva del municipio; además, se trató sobre la contratación de César Manrique como asesor artístico del municipio y la zona turística de Maspalomas, nombrándose una Comisión para que, al efecto de comunicárselo y proponérselo personalmente, se trasladara a su domicilio de Lanzarote.

Previo a la designación como alcaldes, Francisco Santiago Araña del Toro ejercía la abogacía y, dos meses antes hubiera leído el Pregón de las Fiestas de Santiago Apóstol, de Tunte y, resultó premonitorio para su nombramiento. En cuando a Manuel Sánchez Araña, era Concejal de Santa Lucía desde el año 1971, elegido por la fórmula del Tercio Familiar.

A los dos les unían las mismas inquietudes por sus respectivos municipios y eran el dotarles de las infraestructuras más esenciales de las que carecían totalmente y acallar los rugidos de segregación que provenían de Vecindario, para la independencia de Santa Lucía y desde Maspalomas, para lo propio con el de San Bartolomé de Tirajana.

En muy poco tiempo se vieron suficientemente solucionados los problemas de las infraestructuras socio sanitarias en cada uno de los municipios y, en cuanto a las demandas de segregación quedaron acalladas con la creación de Oficinas Municipales que cubrieran las necesidades y demandas de los vecinos de costa.

Lo que no se logró fueron aquellos propósitos de mancomunar servicios entre los dos municipios y caminar juntos en la andadura de la regeneración de sus pueblos. Araña del Toro en su discurso de investidura, se dirigía al nuevo alcalde de Santa Lucía (que estaba presente) y le mencionaba su deseo de constituir una Mancomunidad entre las dos Tirajanas.

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