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San Bartolomé de Tirajana

Las 16 cabezas visibles de Tirajana

El fotógrafo Juan Franco recopila retratos de los alcaldes que han gobernando en el último siglo

Juan de Armas López y Juan Ortega Almeida. LA PROVINCIA / DLP

A lo largo del último siglo San Bartolomé de Tirajana ha tenido 16 alcaldes, procedentes en su mayoría de la zona alta del municipio. El que fuera fotógrafo oficial del Ayuntamiento durante 20 años, Juan Franco, recopila en una galería de imágenes privada los rostros de quienes han gestionado la localidad, desde sus orígenes aparceros hasta su desarrollo turístico.

Hasta 1937, la elección de los alcaldes de San Bartolomé de Tirajana se fraguaba bajo el mando militar. "Normalmente" el cargo recaía entre hombres de "familias pudientes" de las cumbres de Tirajana, cuyos mandatos solo duraban un año debido a los continuos enfrentamientos entre los dos bandos de la Guerra Civil. Durante esta época de inestabilidad política, fueron munícipes José Santos, en dos ocasiones, José Yánez, quien estuvo un año en la cárcel por represalias, y Juan de Armas, el impulsor de las primeras escuelas de barrios como Tunte, El Sequero o Juan Grande. El estallido de la Guerra Civil en 1936 provocó que Juan Ortega no obtuviera estabilidad suficiente en su gobierno para impulsar los cambios que reclamaban la sociedad de entonces.

En la época del Franquismo el proceso de selección del candidato, en municipios de menos de 50.000 habitantes, fue asumido por la figura del Gobernador Civil de la Provincia. A esta generación de regidores pertenecen Francisco Alemán (1937-1940), Rafael Ortega, quien solo gobernó dos meses, y el abogado Francisco Macías, quien en 1952 compró la antigua casa de Antonio Yánez e instaló en su interior las casas consistoriales de Tunte.

Según recoge Rafael González, más conocido en Maspalomas como Feluco, en su primer libro Recuerda lo que era el casco de Tunte, Macías se encontró después de la Guerra un ayuntamiento desmantelado que sobrevivió a las penurias gracias a la buena recaudación de impuestos de este alcalde. Este jurista de formación se esforzó en embellecer el casco de Tirajana: plazas, árboles y aceras. A él se le debe, además, que el automóvil llegara a Tunte, pues según relata Feluco, fue precisamente el coche de este regidor el primero que circuló por las calles de las cumbres del Sur.

En 1947, con Macías en el poder, se retomó el llamado "plan reformado" de las presas que se había creado durante La II República y paralizado en la Guerra. El fotógrafo Juan Franco rescata la finalización en 1950 de la construcción de la presa de Ayagaures, como ejemplo, ya que supuso una infraestructura de gestión para el agua dulce en una época en la que la población solo disponía de agua "ensalitrada" en pozos. Este plan hidráulico mejoró el sistema de abastecimiento de agua de un municipio esencialmente agrícola. En la recta final de su mandato, en 1956, se le reconoció además "su buen hacer" durante el "corrimiento de tierra de Rosiana". Este incidente, que acabo con el puente que separaba Santa Lucía y San Bartolomé, recordó Franco, pudo haber tenido mayores repercusiones en la población, si Macías no hubiese intervenido.

En 1957 toma el bastón de mandos Marcial Franco, mayordomo del Conde de La Vega Grande en Maspalomas.

Con Franco como alcalde se crea el plan de extensión urbana del municipio, similar al que en la actualidad se encuentra en fase de aprobación inicial, según destacó el fotógrafo. Fue el tiempo en el que se delimitaron de alguna manera las zonas dedicadas a la agricultura y ganadería, la costa y los núcleos de población. Obras como el cementerio de Pedrazo, que permitió el enterramiento de vecinos cerca del litoral y no solo en la zona alta del municipio, pasarán a la historia vinculadas a este regidor.

Aunque el relevo en la Alcaldía lo obtuvo Antonio Martín, quien desempeñó las labores de gestión municipal durante cinco años, fue Enrique Jorge en 1968 el que realmente continuó con la planificación urbanística de la localidad. Durante esta época se creó, por ejemplo, la Cruz Roja de Maspalomas; según desveló Franco.

Una larga enfermedad obligó a este mandatario, mayordomo también del Conde en la zona de Arguineguín, a apartarse de la vida política en 1973. Su salida de las oficinas municipales supuso que la administración local se sometiera bajo las órdenes de tres alcaldes interinos en menos de dos años.

La estabilidad política regresó a las arcas públicas de la mano de Francisco Araña del Toro en 1975. Este mandatario, que estuvo al frente de la corporación durante 16 años, es el que mayor experiencia acumula en Alcaldía en la historia del municipio. Al acceder al cargo, se encontró con unas cuentas municipales que ascendían a dos millones de pesetas-un presupuesto saneado para la época.

Si bien es verdad que Araña dispuso de suficientes fondos económicos en el banco como para afrontar retos de mediana envergadura en la localidad, se ha de reconocer que los empleó "en mejorar la vida cotidiana de sus ciudadanos", resaltó Franco.

El munícipe dotó a la población de infraestructuras básicas, como campos de lucha, guarderías, centros culturales -véase el de Pancho Guerra-, campos de fútbol con césped y una red de teleclubes distribuida por los barrios que en ese entonces jugaba un papel de cohesión social muy importante. Incluso él mismo jugaba a la baraja con los vecinos en estos recintos.

Durante su primer mandato toman posesión como concejalas las dos primeras mujeres que saltan a la vida política de San Bartolomé de Tirajana: Luisa Rodríguez, que aún vive, y Efigenia Sánchez, madre del actual alcalde Marco Aurelio Pérez.

Una de las cuestiones delicadas que Araña tuvo que lidiar cuando representaba la cabeza visible de un municipio en plena expansión turística fue el cambio de capitalidad de la localidad. Mientras unos vecinos estaban a favor de bajar el mobiliario de Tunte a la costa, a Maspalomas, otros no querían trasladar el centro administrativo de Amurga. Finalmente, la decisión del alcalde pasó por dejar el mobiliario en Tunte, donde en la actualidad aún se celebran las sesiones de plenos municipales.

Las primeras elecciones democráticas tuvieron lugar en 1979. Entonces los alcaldes adquirían también el nombramiento de "jefes del Movimiento Nacional", como líderes sociales. No obstante Araña, según aseguró Franco, se negó a desempeñar las funciones propias de repesentante del llamado Movimiento, tan desprestigiado en los 70, "por eso de que a un alcalde no le correspondía este tipo de cometidos".

Según describe Feluco en su obra, los años de Araña fueron claves para la promoción turística del municipio. San Bartolomé comenzó a tener presencia en la Feria Internacional de Turismo (Fitur) de Madrid y de otras ciudades europeas. Se trabajó "mucho" por difundir los valores naturales del destino, bajo el emblema Maspalomas, Costa Canaria. De forma paralela a esa efervescencia turística comenzaron a llegar inversores al municipio para levantar apartamentos y centros comerciales.

Araña impulsó también la vida social de los vecinos, a través de la conocida Semana Cultural, la creación del Patronato Cultural o los propios carnavales. Tal y como resaltó Feluco en su bibliografía, fueron años de apoyo a los grupos que integraban el carnaval. "Recuerdo que una vez nos llevó a la murga Los Lenguatrapos de Tunte a Fitur y repartimos productos típicos entre los asistentes. Fue todo un a experiencia para los que tuvimos la oportunidad de hacer ese viaje", señaló el archivero del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana en tono nostálgico.

La cercanía de Araña con los vecinos y su carácter "afable" infundió cohesión al municipio con la superficie más extensa de la Isla. Su estrategia política, que aún mantiene vigencia en la actualidad, consistía en la habilidad de presentar en su lista de candidatos un concejal por barrio. De esta manera los vecinos se sienten más representados.

Cuando había elecciones, sus simpatizantes le decían que ya lo tenía "ganado". Y él respondía: "No, no. Ganado son muchas cabras y cuatro machos" (refiriéndose a que no había que bajar la guardia). Este regidor obtuvo mayoría con el partido Agrupación de Vecinos en cuatro ocasiones. Esta formación ha logrado a lo largo de su trayectoria un total de seis mayorías, las dos últimas con el actual alcalde al frente.

En 1991 el socialista Marcial Franco Vega llega a la Alcaldía. Sin embargo, el mandato solo le duró nueve meses. En 1991, en el emblemático restaurante Viuda de Franco Araña del Toro pacta con José Juan Santana, entonces portavoz de Asamblea Canaria, una moción de censura para tumbar a Marcial Franco. El nacionalista asume el bastón de mandos y Araña continúa en el gobierno como concejal de Agricultura y Turismo durante los siguientes cuatro años. Fue entonces cuando el veterano se retiró de la actividad política.

Santana mantiene un gobierno estable hasta finales de la década de los noventa. A partir de esa fecha las mociones de censura en cascada comenzaron a sucumbir la tranquilidad sureña. El entonces concejal de Turismo del gobierno de Santana, Francisco Ramírez, junto con los votos de dos ediles socialistas le arrebataron la batuta a Santana. El actual alcalde, Marco Aurelio Pérez, junto con Francisco Guedes, más conocido como Pacuco, y Conchi Narváez toman el poder.

A mitad del mandato, la socialista se alía con María del Pino Torres (Nueva Canarias) para dirigir las casas consistoriales de Tunte. Y, aunque por algún tiempo las riendas del primer municipio turístico de Canarias estuvo en manos de dos mujeres, no tardó en unirse en tripartito Pérez, líder de Agrupación de Vecinos. En 2011 gana los comicios con mayoría absoluta Pérez, en coalición con el Partido Popular, y repite este mandato en la Alcaldía con un resultado similar. Su gobierno afronta los próximos cuatro años con un superávit de 140 millones de euros.

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