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Formación musical Recuperación de una tradición en las escuelas

El timple llega a las aulas

Casi 300 alumnos de quince colegios reciben por primera vez clases de música con este instrumento canario

Dos alumnos aprenden algunos de los compases. SABRINA CEBALLOS

El timple llega a las aulas. Quince colegios de Gran Canaria, al que se incorporó uno de Fuerteventura, han comenzado este curso un innovador programa que ha permitido hasta el momento a casi 300 alumnos dar las primeras notas con este instrumento tradicional canario. El promotor, Juan José Monzón, asegura que su aprendizaje es el primer paso para conseguir unos objetivos mucho más ambiciosos que la única formación musical, como es el enriquecimiento didáctico de otras materias, el estímulo para los artesanos especializados en su fabricación y ser el germen de futuros timplistas profesionales.

"El objetivo es que el timple entre de manera habitual en los colegios, y se convierta en una herramienta transversal para otras materias, como puede ser la lectura, el aprendizaje de su historia o las matemáticas". El asesor del CEP Gran Canaria Noroeste, y creador del proyecto de la Red de Centros Pioneros de Enseñanza del Timple, Juan José Monzón, ha conseguido que este instrumento autóctono vaya ganando protagonismo en las enseñanzas musicales, copado en buena parte por la flauta.

Pero, ¿por qué el timple? "Es el que mejor nos representa, aunque luego se puede trasladar a otros", aclara. Monzón fue también el artífice de que las lapas sonaran en el colegio de Valleseco, resurgiendo de su olvido. Y, desde esta base de trabajo, que se haya convertido en la base de estudio desde otras visiones, como el biológico y pesquero. Esta misma experiencia se llevará ahora al timple, aunque con una dimensión mucho mayor.

La Red de Centros Pioneros en la Enseñanza del Timple es una iniciativa del Centro de Profesorado Gran Canaria Noroeste, de Gáldar, con la autorización de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias.

De momento se han incorporado 32 profesores, sobre todo de colegios del Norte de Gran Canaria, que tratan de aunar las líneas de trabajo. Y, además, ya acaban de recibir una subvención de la Fundación Canaria Tamaimos, que servirá para darle un nuevo impulso, ahora que está en su etapa embrionaria.

El promotor asegura que el timple tiene que tener un protagonismo que vaya más allá del que se le pueda dar el Día de Canarias, y tenga su sitio en las aulas de música junto a otros instrumentos tradicionales canarios que permanecen casi en el olvido, debido al protagonismo que tiene la flauta en las clases de música.

De momento, 15 centros se han sumado al proyecto, que ha permitido que cerca de 300 estudiantes hayan comenzado a dar sus primeros toques a las cuerdas.

Uno de los que se ha sumado a este grupo de trabajo es el Colegio Público Maestra Ana María Betancor Estupiñán del Valle de Agaete. Un total de 16 alumnos de quinto y sexto están recibiendo ya sus primeras clases. Pero, el programa se extenderá en los próximos meses a tercero y cuarto.

"No podemos dar la espalda a la realidad de los contenidos canarios. Hay que promoverlo desde la innovación educativa. No podemos limitarnos al Día de Canarias, sino que tenemos que lograr que forme parte de su formación semanal. Es una lástima que se pregunte a un alumno sobre este instrumento, o sobre las folías, y no sepa responder", según el profesor y tutor de estos niños de Agaete, José Sosa, quien espera ir incorporando al trabajo las chácaras, los tambores y otras herramientas propias del patrimonio musical canario. Sosa resalta la importancia de la formación musical en estos primeros años de educación.

Matemáticas

"Pero esto no es un compartimento estanco en la música, sino que también sirve para trabajar en otras asignaturas. Hemos estado preparando una entrevista al timplista Yone Rodríguez, que es de Agaete, y para ello se busca información sobre su biografía; y se fomenta la expresión oral y se mejoran los aspectos de la comunicación, y el trabajo en grupo. Y también los compases sirven para las matemáticas", destaca el profesor.

La mayoría de estos estudiantes empezó de cero en su formación, si bien dos de ellos tenían el paso previo de tener a padres que han sido parte activa de grupos musicales.

Los estudiantes no han tenido que comprar los timples, sino que han buscado en sus casas y en otras próximas, sacándolos en muchos casos del baúl. Otros han recurrido a guitarras, que sirven de complemento. Para algunos, incluso, ya aparece incluido en la lista de regalos de Reyes.

Como anécdota, durante la clase, Juan José Monzón les habla de la importancia de las uñas para tener un buen sonido en el timple, y pone como ejemplo a algunos nombres de profesionales. En se momento, la alumna Mar Montesdeoca les pregunta sobre la incompatibilidad que les supondría para tocar el piano, ya que ella está en la escuela de música. Pero, los profesores les responden que ahora este detalle no es tan importante, y que lo fundamental es que tenga la formación más amplia. Aunque, eso sí, si se dedica de manera profesional debe elegir, porque es necesario para tener una mayor proyección de las notas.

La joven tiene 11 años y apunta que lo más complicado del timple son los acordes, y que tal vez porque está empezando le cuesta más tocar este instrumento que el piano. Pero tiene la ventaja de que en su casa se vive la música. Su padre es parte de la popular banda Guayedra, y la madre le aconseja que siga aprendiendo, porque puede ser una bonita alternativa laboral para el futuro.

Su compañero Sam Thoonen tiene raíces familiares holandesas, pero defiende la singularidad del timple. Lleva tres años dando los compases a la guitarra, aunque asegura que ambos tienen un gran parecido, y que el timple es muy divertido.

Orquesta sinfónica

"Es innegable el resurgir y el interés despertado por el timple en Canarias. A esto ha contribuido la labor de difusión desarrollada por los principales timplistas que lo han elevado a cimas antes inimaginables. Es así que hoy en día podemos ver el timple junto a una orquesta sinfónica o junto a una big band de jazz, sin que nos extrañemos por ello", señala el promotor, quien resalta que el timple ha pasado de ser un mero acompañante a que alcance un carácter concertístico. Y, a su vez, "es fácil de transportar".

Esa experiencia se ha focalizado en estos inicios en colegios localizados en el Norte de Gran Canaria, aunque la Red confía en que se vayan incorporando en los próximos meses nuevos centros, como también lo hicieron compañeros de Fuerteventura, que ya venía trabajando con esta herramienta musical.

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