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Valsequillo

El gofio canario conquista a Kaplas

Tenteniguada celebra el día del turista con cochino asado, potaje de berros y pollo a la brasa - Los extranjeros llenan las calles y disfrutan del folklore de la Isla y el buen tiempo

"A mí gustar gofio y almendras", aseguró el finlandés Masi Kaplas. Pasado Telde, las nubes desaparecían y el cielo lucía un azul intenso dónde el sol era protagonista. En la carretera, las colas de coches anunciaban que la fiesta en Tenteniguada acababa de empezar. Las guaguas llenas de turistas atravesaban las vías estrechas abrazadas por los almendros en flor que dejaron caer sus pétalos en el asfalto. Tras aparcar, los grancanarios abrían los portabultos de sus coches para dejar los abrigos esperanzados de sentir un frío ausente, mientras los extranjeros sacaban sus cámaras para empezar a inmortalizar la celebración de su día, ayer, en Valsequillo.

Kaplas, junto a su amigo, espera a que le sirvan un plato de potaje de berros hecho por la Asociación Amigos de Tenteniguada. "Gofio, gofio", pide con ganas mientras devora, con la mirada, el recipiente. A su lado, otros turistas posan para esa fotografía que enviarán a sus países con el cochino de fondo dando vueltas mientras se asa.

"Desde las seis de la mañana lleva haciéndose", explica María Teresa Cruz, miembro de esta asociación de amigos formada por unas veinte personas que, cada año, lo preparan. Un día antes se encargan de dejarlo dispuesto para la ocasión. Además, "las mujeres troceamos las verduras, cortamos las papas y la carne y dejamos listo el potaje de berros", comenta Cruz. El mismo día del evento, "los hombres lo ponen al fuego desde las siete de la mañana" añade mientras sirve el plato típico e informa sobre la hora del corte del cochino ya casi terminado.

A las tres y cuarto de la tarde, los transeúntes ya empezaban a pararse en los alrededores donde el animal se cocinaba, para degustarlo, como cada año. "Es increíble que sólo pagues la voluntad por casi todo lo que comes", expresan algunos primerizos de esta fiesta popular.

Sancocho, paella, pollo asado y papas arrugadas con mojo, entre otros, dejaban sin palabras a los clientes que no cesaban de probar, comprar y disfrutar de la verbena ambientada con música canaria. El pasacalles protagonizado por la Agrupación Folklórica Achimensei, de Vecindario, alegraba a la multitud sentada en las aceras con sus platos de plástico agarrados.

Terrazas llenas, copas de vino, cerveza de la Isla y refresco local. Desde ancianos hasta niños, todos disfrutando de una jornada auténtica canaria en la que los extranjeros pudieron conocer el auténtico espíritu fiestero del Archipiélago, a la vez que saboreaban los postres típicos capaces de poner la guinda del pastel a un almuerzo de primera.

Lazos de miel, bizcochos, turrón, mantecados, tortas de Carnaval, y hasta helados de todos los sabores para soportar el calor intenso presente en cada rincón. "Toda mi vida he vivido aquí, y es la primera vez en 67 años que siento tanto calor durante la fiesta del almendrero", afirmó José Francisco Jiménez.

Una celebración en la que, como es de esperar y como muestra de su esencia, las cáscaras de las almendras quedan abandonadas sobre las mesas de los puestos en las calles, o en las carreteras y acercas repletas de pasos que no cesan. Seppo y Ritva Kopoae observaban divertidos como, a través de un golpe seco, el fruto se abría para que pudieran saborearlo. Igual de incrédulos que quedaron al ver como de una caña verde, introducida en una máquina, salía un líquido dulce y "maravilloso", según comentan.

"Este año los almendros florecieron antes de tiempo", explicó Amado Peñate, que lleva toda su vida en Tenteniguada. Contento, daba a conocer la tradición de su barrio que, nada más entrar, daba la bienvenida con un olor a brasa que inundaba todas sus calles. "A mí me encanta esta fiesta", afirmó. Como le encantó a todos esos extranjeros que, con una sonrisa, subían, de nuevo, en sus guaguas con las mochilas cargadas de frutos, queso y miel.

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