Un hombre de 80 años de edad es el presunto autor de catorce conatos de incendio registrados desde 2010 en los alrededores el Campus Universitario de Tafira, un lugar cercano al Jardín Canario y a otros espacios naturales protegidos muy sensibles al fuego.
Una investigación conjunta del Cabildo y de la Guardia Civil ha permitido esclarecer la oleada de fuegos intencionados y descubrir al supuesto pirómano, un vecino de la zona y de nacionalidad española, que se encuentra a disposición judicial desde el pasado 17 de febrero.
Juan Carlos Santana, inspector de Medio Ambiente y responsable de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) del Cabildo de Gran Canaria, explicó que las indagaciones se iniciaron en mayo de 2013, tras un incendio en la zona de La Palmita, próxima al Campus Universitario, donde ardió una superficie de 626 metros cuadrados. Ese fue el conato más grave, pues afectó a palmeras canarias, pitas y tuneras, quemando una extensión de 155 metros cuadrados clasificados como suelo Rústico de Protección Paisajística. Y "con el peligro añadido" de la cercanía del Jardín Botánico Viera y Clavijo y en Barranco de Guiniguada, apuntó Santana
En el transcurso de la investigación se descubrió que desde el año 2010 se habían contabilizado otros conatos con el mismo modus operandi y en la misma zona. Los seis agentes de l BIIF, un cuerpo del Cabildo creado hace diez años, "determinaron que todas esas incidencias presentaban un patrón común, como el amontonamiento de residuos vegetales secos para su posterior quema, aplicando un líquido o elemento químico acelerante para iniciar el fuego".
Los resultados de esas averiguaciones, que apuntaban que los catorce incendios fueron provocados por la misma persona, se entregaron al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que inició sus pesquisas el pasado 10 de enero y descubrió la identidad del presunto pirómano hace una semana, según informó Eduardo Cabaleiro, portavoz de la Benemérita en la Isla.
El Seprona desconoce las motivaciones que llevaron a esa persona, de avanzada edad, a provocar esos conatos de incendio, pero descarta que fuera por lucro económico.
Multa o prisión
Ahora se enfrenta a multas o a una pena de prisión, según la gravedad de los daños causados, explicó Cabaleiro, quien resaltó que la coordinación entre ambos cuerpos "ha sido crucial", así como las aportaciones de testigos y de las videocámaras instaladas en la zona.
"La propagación de cualquiera de sus fuegos, algunos a apenas 150 metros del Guiniguada, podía afectar a personas y viviendas dado el potencial de propagación del barranco hacia el suroeste y oeste, máxime si se produce en condiciones de calor, sequedad y viento", reiteró Juan Carlos Santana. A su juicio, la superficie quemada es poca, pero también se produjeron daños en alpendres y zonas privadas.
Además del Jardín Canario y del propio Campus Universitario, la superficie expuesta a un incendio en este barranco supera las 15.000 hectáreas e involucra a los municipios de Las Palmas de Gran Canaria, Santa Brígida, San Mateo y Teror, así como a los espacios protegidos de Pino Santo, Tafira, Parque Rural de Doramas y Paisaje Protegido de Cumbres, por lo que la identificación del autor de estos fuegos era primordial.
El investigado, junto a los informes y las diligencias originadas por las pesquisas, ha quedado a disposición del correspondiente Juzgado, en funciones de Guardia, de Las Palmas de Gran Canaria, remitiéndose además copia a la Fiscalía de Medio Ambiente de Las Palmas, según precisó el portavoz de la Guardia Civil. Se le acusa de ser el supuesto autor de un delito de incendio forestal y otro de daños al medio natural.
