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Valleseco

El médico de Valleseco recibe el título de Hijo Adoptivo y pregona sus fiestas

El director del centro de salud, Carmelo Felipe, llegó al pueblo de forma casual y ha permanecido 29 años seguidos

El médico de Valleseco recibe el título de Hijo Adoptivo y pregona sus fiestas

Llegó de una forma casual en 1980 y se quedó atrapado como un vecino más. El médico y director del centro de salud de Valleseco, Carmelo Felipe Molina (Las Palmas de Gran Canaria, 1954), recibe el sábado el título de Hijo Adoptivo del municipio, a la vez que será el encargado de la lectura del pregón que abre las fiestas patronales de San Vicente Ferrer.

Carmelo Felipe obtuvo en 1979 la licenciatura de Medicina por la Universidad de La Laguna. Era una época en la que escaseaba el trabajo, tal y como recuerda ahora, y como venía de una familia trabajadora, comenzó a recorrer con su coche los pueblos de la Isla en busca de una salida profesional. "No era como ahora, donde la Administración es la que decide".

Tras pasar por San Mateo, hizo una parada en Valleseco. Allí se encontró con Alberto Torrent, cuya familia había sido durante años los médicos del pueblo. Tocó su puerta y se presentó. Comenzaba a partir de ese momento una etapa que ha marcado su vida personal y laboral.

"Fue muy entrañable", rememora. Empezó haciendo una sustitución de un mes, y se fue ganando poco a poco la plaza. En 1987 obtuvo a través de un concurso de méritos y traslado su plaza en propiedad en Valleseco, por lo que cumple ahora 29 años ininterrumpidos de atención sanitaria al pueblo de Valleseco. Y desde 1991 es el director del centro de salud, donde continúa en estos momentos y donde espera alcanzar su jubilación, que llegará dentro de cuatro años. Primero fue el único médico, y ahora cuenta con un personal más amplio para atender a toda la localidad. "Saqué las oposiciones en el último reducto de médicos de pueblos", añade.

Carmelo Felipe admite que Valleseco le cautivó. Y, sobre todo, su gente. "Esos males como la droga existen, y hay programas por riesgo de exclusión, ya que forman parte de los cambios que sufre la sociedad, porque la población también se va al cine a la capital, o al Mercadona, pero es una gente sana y respetuosa. Tienen un elevado nivel cívico y de comportamiento, y el sentido común es muy alto".

En este sentido, añade que a pesar de la globalización, se mantienen unos valores que se han perdido en la gran urbe. Y, a diferencia de un médico de ciudad, en Valleseco conoce la vida de todo el mundo, y el factor humano adquiere un gran valor.

Como ejemplo, señala que si alguien va de madrugada al médico es "en el 99% de los casos con razón". Y, dentro de ese contexto global que predomina en la actualidad, y que las nuevas generaciones tienen que marcharse en busca de un futuro mejor y se acentúa el envejecimiento de la población, se conservan esos valores tradicionales.

El doctor recalca que pese a que Valleseco es un pueblo de apenas 4.000 habitantes tiene un gran nivel de prestaciones y servicios, con una piscina cubierta, la residencia de ancianos y un centro cultural-teatro. Por contra, la lejanía, la falta de ambulancia y el frío son factores negativos.

El director del centro de salud sigue sintiéndose un enamorado de su profesión, que también ha evolucionado con el tiempo. Tal es así, que en sus inicios se encargaba incluso de inspeccionar actividades como las peluquerías.

Ejerció de Norte a Sur

El doctor mira para atrás para recordar que al principio disponía de la casa del Estado destinada a los médicos, pero que una ley del 86 cambió esa situación. Hoy vive en Las Palmas de Canaria, desde donde se desplaza a su consulta. Precisamente, como anécdota recuerda que la familia Torrent le dejó la vivienda que tenía asignada para pasar consulta, que tuvieron que habilitar a toda prisa. Y, con la abundancia de lluvias, se encontró que mientras él atendía a los pacientes enfermos por las goteras que rociaban el inmueble, su mujer se dedicaba a secar el piso con una fregona.

Carmelo Felipe estudió en los años 60 y 70 en el Instituto Pérez Galdós y Tomás Morales de Las Palmas de Gran Canaria. Tras licenciarse en Medicina, termina el postgrado en el Hospital Universitario de Las Palmas de Gran Canaria. En 1980 comienza a ejercer en la Clínica de La Paloma, para luego montar una consulta con diversas disciplinas médicas en el sur de la Isla .

El homenajeado ingresa en la Seguridad Social realizando sustituciones en los servicios de urgencias de varios municipios, y es nombrado interino de la Seguridad Social para Valleseco en 1980. A partir de entonces sigue ejerciendo en Firgas, San Bartolome de Tirajana y Mogán. Hasta que aprueba las oposiciones al Cuerpo de Médicos Titulares en Salud Pública a nivel Nacional, convirtiéndose en funcionario de carrera por oposición a nivel Nacional dentro del Cuerpo de Médico del Servicio Canario de Salud. En el año 1983 se convierte en director de Zona de Salud Básica.

En 1990 se especializa en Medicina Familiar y Comunitaria por la Universidad de Las Palmas. En su proceso de reciclaje realiza un máster en Salud Pública por la Universidad de Gran Canaria en 1996, y también es Diplomado en Sanidad y Salud Pública por la Escuela Nacional de Sanidad, entre otros cursos.

Carmelo Felipe lleva 29 años ininterrumpidos ejerciendo la medicina en Valleseco. Y ahora la Corporación le nombra Hijo Adoptivo. El título se le entregará este sábado el alcalde, Dámaso Arencibia, en el salón de plenos del Ayuntamiento. La designación fue aprobada en sesión plenaria celebrada el 28 de abril por unanimidad de los concejales.

Tras la celebración de ese acto institucional, el médico será el encargado de la lectura del pregón de las Fiestas de San Vicente Ferrer, recogiendo el testigo de José Félix Santana Rodríguez, que lo pregonó el año pasado.

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