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San Bartolomé de Tirajana

El primer fotógrafo del Sur

El Centro Insular de Turismo de Playa del Inglés muestra parte del legado que ha cosechado Juan Franco tras el objetivo de su cámara

Juan Franco, el fotógrafo del Sur

Juan Franco, el fotógrafo del Sur

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Juan Franco, el fotógrafo del Sur

Para Juan Franco (Maspalomas, 1936) la fotografía es "el gran milagro de la vida". Creció como todo tirajanero de su generación entre los tomateros del Conde de la Vega Grande. Sin embargo, durante una visita del general Francisco Franco a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en 1950, descubrió que mientras las Fuerzas de Seguridad del Estado trataban de forma represiva a los ciudadanos que intentaban acercarse al caudillo, los fotógrafos gozaban de un trato diferenciado. Aquel episodio fue el inicio de una actividad que nadie se había atrevido hasta entonces desempeñar en San Bartolomé de Tirajana. Parte de su legado se muestra hasta el próximo 30 de junio en el Centro Insular de Turismo de Playa del Inglés, con motivo de la exposición que ofrece el Cabildo sobre la historia de la fotografía en Canarias.

A mediados del siglo pasado, Maspalomas era una "finca agrícola" que daba buenas cosechas de millo y garbanzos. "Nada que ver" con el paraíso en el que hoy en día se ha convertido para miles de turistas europeos. Por aquel entonces los fotógrafos que cubrían las bodas y las comuniones de los vecinos llegan a la villa sureña desde Las Palmas de Gran Canaria. En el Sur la gente de la "labranza" no concebía que alguien de su mismo pueblo pudiera dedicarse a otros menesteres que no fueran la tierra y los animales.

Sin embargo, en la capital le esperaba a Juan Franco "todo un mundo por descubrir". En una de sus visitas a la ciudad del Guiniguada el joven sureño, curioso desde la cuna, decidió comprarse por 2.000 de las antiguas pesetas su primera cámara de fotos en la Óptica Jaén.

Aquel chiquillo volvió entusiasmado al Sur con un artilugio entre las manos que pronto le permitió retratar rostros de vecinos tan emblemáticos como el de Pancho Macías, marchante de Tunte, o los bailes populares que se hacían en las cuarterías o en la sociedad de Pedro Vega de El Tablero.

Muchos de sus amigos decían por aquel entonces que Juan no se "echaba novia" porque estaba "más pendiente de la cámara y de fotografiar a las chicas de los demás" que de encontrar acompañante.

En 1961 con la convocatoria del famoso Concurso Internacional de Ideas Juan se compró una máquina de fotos un "poco más profesional" con la intención de "estar preparado" para cuando llegaran los turistas.

Con Enrique Jorge García en la alcaldía de Tirajana Juan firmó su primer contrato como fotógrafo oficial del ayuntamiento. En 1973 consiguió retratar a Don Juan Carlos y Doña Sofía, por aquel entonces aún príncipes, durante la inauguración de las casas del patronato en San Fernando de Maspalomas. A estas imágenes le siguieron álbumes completos de representantes de la casa real de Prusia o Jordania. El restaurante La Rotonda de San Agustín era el lugar preferido de los visitantes.

Sin embargo, si hay un retrato del que Juan se sienta hoy en día especialmente orgulloso es la imagen en la que figuran "Gustavo y Silvia". Los reyes de Suecia aterrizaron en Gando tras asistir a la inauguración del Instituto de Astrofísica de Canarias, ubicado en La Palma. Su visita al complejo de apartamentos Agua Mariana de Patalavaca fue inmortalizada por el objetivo de Juan y publicada en periódicos locales, como El Eco de Canarias o Diario de Las Palmas, en los que el joven colaboraba de forma asidua como fotógrafo de la zona sur de Gran Canaria.

De aquella época del boom turístico, en la que la Leica de Franco fue testigo de la "metamorfosis" acelerada que experimentó Maspalomas con la construcción de hoteles y restaurantes, queda un preciado legado en la hemeroteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y en los archivos del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac).

La única foto que se le resistió a Franco de aquellos años fue una estampa que a día de hoy se repite, no con las mismas connotaciones, pero sí con frecuencia. En horas del almuerzo los obreros que construían la ciudad de Maspalomas en vez de ir a comer a casa "preferían" acercarse a la playa para ver a las primeras suecas que se bañaban en bikini en la playa del Faro. "Todo un atrevimiento para la época", espetó ayer el fotógrafo con una sonrisa en el Centro Insular de Turismo.

En las 44 imágenes que exhibe el Cabildo en Playa del Inglés hasta el próximo 30 de junio, tres llevan la firma del que fue el primer fotógrafo del sur de la Isla. Paradójico y "extraño" le parece a Juan verse a él mismo retratado en lo alto del Faro de Maspalomas en una de las fotos que acoge la muestra.

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