El conjunto de 84 viviendas de las 'casas colgadas' de El Roque, en la costa de Moya, está ya en obras. El proyecto permitirá transformar este singular enclave costero mediante la rehabilitación de su fachada, la mejora de los accesos y de sus infraestructuras básicas, la creación de espacios libres, y la ejecución de reformas en el interior de algunas casas, transformando su singular estética sobre el mar. La actuación, contemplada como un Área de Rehabilitación Integral (ARRU), similar al que se ejecuta en otros conjuntos residenciales deprimidos de la Isla, cuenta con un presupuesto de algo más de 1,1 millones de euros, con un plazo de ejecución 18 meses, y dará empleo a unas 40 personas cuando los trabajos alcancen una velocidad de crucero.
Media docena de albañiles de la empresa Incoc han comenzado a picar paredes, ampliar las rampas de acceso de distintos domicilios y a sustituir puertas y ventanas de madera. Los trabajos se iniciaron el 15 de junio, y se espera que el número de trabajadores alcance la veintena el próximo mes, para llegar a los 40 contratos cuando coincidan las labores de albañilería y otras especializadas.
El conjunto residencial está situado en la frontera con Guía, y es reconocido por su semejanza a las casas colgadas de Cuenca, aunque en este caso se erigen sobre la costa. Así como por su peculiar y estrecho pasillo central entre las viviendas, que conduce hasta un restaurante situado a su rincón más alejado de tierra, y a los pequeños miradores, usados para observar buena parte de la costa norte de Gran Canaria y por pescadores aficionados.
El Roque, pese a su singularidad, presenta un avanzado estado de deterioro, mayor incluso de lo previsto, como consecuencia de la erosión marina, la dejadez de muchos dueños y su crecimiento desordenado, pese a que hace años recibió un lavado de pintura, en la que colaboró el artista Pepe Dámaso junto a la Mancomunidad del Norte. A esto se suma el retraso en la aprobación y puesta en marcha de esta profunda intervención, prevista desde el año 2012, pero que se bloqueó por falta de financiación.
Sin embargo, la actuación ahora es mucho más ambiciosa, y aspira a eliminar los elementos visuales que dañan su aspecto exterior; y también los internos, que amenazan la estructura. Sobre todo, en la zona baja.
La obra cambiará la estética de las viviendas. No solo con el embellecimiento e impermeabilización de las fachadas, la eliminación de barreras arquitectónicas y mejoras de la accesibilidad, alumbrado público y el acondicionamiento de la red de saneamiento. Sino, también, porque va a recoger el color blanco marinero exterior, a diferencia de las distintas tonalidades actuales.
El alcalde de Moya, Hipólito Suárez, apuntó que fueron los propios vecinos quienes defendieron la recuperación de esta pintura.
El Proyecto del Área de Rehabilitación Integral de El Roque cuenta con un presupuesto de 1.120.740,62 euros, que será aportado por las distintas administraciones y los vecinos.
El Cabildo de Gran Canaria asumirá el 39,3% del coste total del proyecto, el Gobierno de España el 32,8% de la inversión, el Ayuntamiento de Moya el 19,2%, el Gobierno de Canarias el 6,7%, y los vecinos se harán cargo del 2% restante.
Hipólito Suárez destacó la colaboración de cuatro administraciones para rehabilitar y embellecer un espacio tan importante, que supone la entrada al municipio por la costa, pero también para el conjunto de la comarca por su ubicación, así como la ayuda a estas familias para mantener en pie sus inmuebles.
En cambio, el alcalde de Moya lamentó la escasa aportación del Ejecutivo regional, con 75.000 euros, al entender que los anteriores responsables de Vivienda "no creyeron en este proyecto".
Hipólito Suárez añadió que "no es solo un trabajo de maquillaje, sino que se va a entrar en la estructura, en al red de saneamiento, el alumbrado, el agua,... En definitiva, se va a cambiar el entorno, en un lugar que también recibe a muchos turistas".
La empresa tiene previsto también mejorar el interior de algunas casas, allí donde sus propietarios tienen dificultades para afrontar su puesta al día.
"El barrio tiene valores intrínsecos y una gran singularidad, cuyo deterioro propicia una imagen turística negativa del Norte", según el regidor.
La obra contempla la eliminación de las canalizaciones que están a la vista, la reparación de las fachadas, la sustitución de la carpintería en mal estado, la mejora de los jardines y de la iluminación pública, el acondicionamiento de los pequeños miradores que dan al mar y los recorridos peatonales, la eliminación de las barreras arquitectónicas, la incorporación de mobiliario urbano y las mejora de los accesos.
La obras se prolongará por espacio de 18 meses, con lo cual deberá estar acabada antes de fin de año de 2017.
Y, entrando en más detalles, en materia de infraestructuras pre- vé la mejora de la red de saneamiento de aguas pluviales, y la impermeabilización de zonas de tránsito que influyen en la aparición de humedades en el interior de las viviendas. Se incorporan nuevos postes de iluminación que den una luz adecuada a las zonas peatonales, con un ahorro de energía y aumento de la eficiencia energética. A su vez, el desnivel entre la zona de aparcamiento y la calle peatonal de acceso a las viviendas es de unos 12 metros. Por este motivo se van a mejorar todos los accesos.
Se repavimentará adecuadamente los recorridos peatonales, eliminando las barreras arquitectónicas, reparando los pretiles, bancos de obra, ajardinamientos y elementos que se encuentren en mal estado.
Al mismo tiempo, se va a finalizar la acera del lado naciente de El Roque, completando así el acceso desde el aparcamiento, y se reparará el tramo de acera existente. Y, a su vez, se acondicionará el espacio libre junto a la rampa, aportando un nuevo lugar de encuentro, que subsane la falta de este tipo de espacios en el interior del barrio.
En materia de accesibilidad, que afecta al conjunto de viviendas, se prevé acondicionar eficientemente las viviendas para un correcto aislamiento térmico, evitando las filtraciones de agua tanto de cubierta, de capilaridad como las generadas por el agresivo ambiente marino, la reducción del consumo energético y la mejora de las condiciones acústicas de los edificios, entendiendo por estas la adaptación de los elementos a mejorar, y la rehabilitación de fachadas, siempre que previa o simultáneamente a la misma se haya alcanzado la adecuación estructural y funcional del edificio.
De forma paralela, se eliminarán los enfoscados y revestimientos mal ejecutados, para ser reemplazados por morteros que permitan la transpiración del cerramiento, y evite las humedades y mejore el acondicionamiento térmico de la vivienda.
La constructora adjudicataria sustituirá la carpintería en mal estado para mejorar el aislamiento térmico y acústico, sobre todo de madera, en favor del aluminio. También se colocarán contraventanas, principalmente en el lado Oeste, dada su exposición más directa al mar, que en esta zona del Norte es especialmente intensa, sobre todo durante los meses del invierno.
Dentro del plan de obras, se van a sustituir las canalizaciones que están defectuosas, minimizando el impacto visual que genera durante su recorrido. Con la reforma de la fachada exterior, se repararán las filtraciones producidas generalmente por los encuentros con bajantes y la canalización de la red de abasto mal ejecutada.
El acceso a alguna de estas viviendas es complejo, según el proyecto de actuación, dado el desarrollo de las escaleras. Por este motivo, se mejorará la accesibilidad y seguridad, modificando escaleras y barandillas, repasando las conexiones de saneamiento y redes de abasto que están generando la entrada de agua en algunas viviendas.
El acceso a este conjunto de viviendas de 'las casas colgadas' de El Roque es complejo, incluso peligroso, por lo que las mejoras pretenden facilitar la accesibilidad, sobre todo porque muchos habitantes son personas de edad con dificultades de movilidad.
El proyecto permitirá también una limpieza general del exterior, que se ha ido deteriorando por la acumulación de basura, y la dificultad para llegar hasta sus pequeños acantilados para facilitar la limpieza. En muchas ocasiones, por los vertidos de las propias tuberías de las casas, así como por actividades como la pesca de caña entre aficionados.
A pesar de la fuerte inyección económica que recibirá el barrio, el estado de deterioro es tan elevado, que se reconoce ya que haría falta bastante más dinero para resolver todas las carencias. No hay que olvidar que el presupuesto también se hizo hace dos años, ya su ejecución se ha demorado a la espera del dinero.
