"¿Estás a favor de que el Ayuntamiento de Moya inicie las gestiones para la instalación de dispositivos que mejoren la cobertura de telefonía móvil en los edificios o espacios de propiedad municipal sugeridos por nuestros técnicos y especialistas?"
Esta pregunta, que puede ser contestada hasta el próximo 31 de julio, es el eje de la segunda encuesta ciudadana que busca el consenso para colocar, o rechazar, dos conjuntos de antenas de telefonía móvil en el municipio, con las que la corporación de Moya intenta paliar uno de los mayores obstáculos para el desarrollo y fijación de población en una localidad en pleno agujero negro de las telecomunicaciones de Gran Canaria.
La deficiencia es tal que ha provocado incluso el frenazo a la instalación de nuevos negocios, según explica el alcalde de Moya, Poli Suárez, "desde el teléfono fijo del Ayuntamiento", según explica gráficamente, "porque desde el móvil es imposible".
Este cruce del desierto comenzó a finales del siglo pasado, cuando se instala una de las primeras antenas pegada a un colegio del barrio de Carretería, lo que originó un fuerte rechazo tanto de los padres de alumnos como de los propios vecinos, motivando al entonces grupo de gobierno retirar la instalación.
Pero once años después, jóvenes y emprendedores comenzaron a hacer llegar al Ayuntamiento las dificultades que tenían a la hora de plantear, ya no solo una propuesta de negocio, sino para sortear el día a día en una localidad que sólo recibe la señal con cierta potencia en Fontanales, en lo alto del municipio, y en el barrio de El Pagador, en la zona del litoral.
Tras el recuerdo de la polémica de Carretería, en el año 2015 el grupo de gobierno lanza una primera consulta a través de redes sociales, la web corporativa, y en urnas distribuidas en las distintas dependencias municipales.
En esa encuesta participaron 400 personas, que votaron a favor de forma mayoritaria, pero el Ayuntamiento la anuló al considerar que se trataba de "un número muy poco representativo para una decisión tan importante", asegura Suárez, quién ahora espera para vincular la decisión a una concurrencia de al menos el 50 por ciento del censo, es decir, unas 4.000 personas, "que suponen unas cifras más realistas".
La propuesta municipal es la de emplazar dos sistemas, uno de ellos en el centro urbano, en la propia sede del Ayuntamiento, y el otro en el campo de fútbol García Hernández, ubicado en la también cercana calle Carreras.
Para lograr esa mayor afluencia a las urnas, además de una campaña de información más visible, se ofrecen conferencias como las impartidas por miembros del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones de Canarias, dentro de la denominada Jornada Divulgativa de Comunicaciones Móviles en Entorno Rural celebrada el pasado 1 de julio y con la que se abrió el plazo de esta consulta ciudadana.
A ello seguirán reuniones barrio por barrio en los próximos días con el mismo fin, "atendiendo a que se trata de una población compuesta con un gran número de personas mayores".
Ahora bien. Se vote sí, o no, a la instalación de esas antenas en edificios de propiedad municipal, ello no implica que cualquier particular pueda negociar con las operadoras y alquile su azotea para fijar un sistema, ya que la ley de Telecomunicaciones así lo permite una vez logra el visto bueno del ministerio competente. Lo que implica que, en un futuro puedan estar operativas en el centro urbano del pueblo, pero sin un rendimiento económico que podría ser destinado al presupuesto de la localidad, según puntualiza el alcalde.
La otra pata de las comunicaciones, la que afecta a Internet, "con conexiones muy complicadas y muchos problemas", se están tratando de resolver con un acuerdo con Telefónica y el Cabildo de Gran Canaria para instalar en los próximos dos años una red de fibra óptica de la que ya disfrutan desde el verano del año pasado los municipios de Santa María de Guía y Gáldar.
Por último, Eli Santana, en nombre de la asociación de empresarios local, afirma que un sí a la colocación de las antenas "marcaría un antes y un después en la villa", especialmente para los moyenses más jóvenes, incapaces de comprender que estos tiempos no puedan recurrir con garantías a las nuevas tecnologías".
