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Santa Lucía

"El médico debe aprender cómo decir al paciente que tiene cáncer"

La directora de la unidad que presta atención psicosocial a enfermos oncológicos, Paloma Babón, habla de carencias que sufre el usuario

"El médico debe aprender cómo decir al paciente que tiene cáncer"

"Enfrentarse a un cáncer es como montarse en un vagón de una montaña rusa. En su recorrido hay veces en las que el vagón sube y dispara esperanza, pero en otras ocasiones puede caer en picado y dejar al enfermo con ganas de llorar y gritar de rabia. Es injusto que al paciente de cáncer se le exija estar siempre feliz. Debemos ser conscientes de que esa actitud de lucha permanente y positiva no es sostenible en el tiempo y que los enfermos tienen también derecho a venirse abajo". Esta "presión sobreañadida" junto con otras carencias , como la falta de formación de los médicos en materia de comunicación para saber informar a los pacientes adecuadamente de su diagnóstico, son algunas de las cuestiones que la Unidad de Atención Psicosocial a Enfermos de Cáncer y sus Familiares gestiona en los tres municipios del Sureste, según indicó ayer su responsable, Paloma Babón. El servicio, que depende del Ayuntamiento de Santa Lucía, celebró ayer la séptima edición de las Jornadas Comunitarias Vivir con Cáncer en la casa de la cultura de Vecindario.

En los últimos años algunas tipologías de cáncer, que cuentan con pronósticos alentadores, han experimentado un proceso de dulcificación donde parece que la vida es de color "rosa". Muchas pacientes con cáncer de mama, relató Babón, no entienden por qué deben "sonreír y comportarse como si les hubiese tocado la lotería" cuando realmente de lo que tienen ganas es de "vomitar y llorar".

La red de apoyo del enfermo juega un papel "determinante" en su bienestar. Los familiares son los "amortiguadores del impacto del diagnóstico" y de ellos depende, en gran medida, el éxito o no del proceso de recuperación del afectado. Ahora bien, lo que no es de recibo es que "encima" que un paciente se enfrenta a una enfermedad que atenta contra su vida, tenga que estar en un "continuo estado de felicidad las 24 horas del día". "Y en este aspecto, a veces, la sociedad y los familiares", explicó la psicóloga, pecan de "exigentes". "Habrá que animarles, normalizar la enfermedad pero no forzar un estado de ánimo que no corresponde con la realidad. Se trata, entonces, de no perder la perspectiva y respetar los momentos de cada uno", agregó la experta desde la oficina de Vecindario desde la que se presta desde hace 17 años atención integral a 1.879 unidades familiares con enfermos de cáncer.

Desde que a una persona le anuncian su diagnóstico, y se cura o no de la enfermedad, transcurre un largo proceso donde "la información" debe estar "dosificada" y "adaptada" a las necesidades del paciente. Uno de los errores más frecuentes, que se explica en parte por la "falta de formación en materia de comunicación", es el modo en que muchos médicos anuncian a los pacientes su estado de gravedad. A veces, los afectados se enteran de la mala noticia en un "pasillo" o de "prisa y corriendo", cuando no es precisamente "lo ideal" en estos supuestos.

Para paliar esta carencia el servicio municipal, en el que también colaboran los ayuntamientos de Ingenio y Agüimes, ofrece talleres formativos en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en las titulaciones de Enfermería y Medicina. Precisamente sobre esta "asignatura pendiente" disertó ayer Jesús Brenes, médico residente del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Insular, ante un público integrado por más de 200 pacientes, familiares y profesionales del sector sanitario.

En su séptima edición, las Jornadas Comunitarias que impulsa la Unidad de Atención Psicosocial a Enfermos con Cáncer ha apostado por abordar "mitos y realidades" que suelen surgir en torno a la patología así como las probabilidades de contraer un cáncer de forma hereditaria.

Por primera vez, el encuentro abordó los obstáculos a los que se enfrentan los denominados "supervivientes" (pacientes curados que ya no reciben tratamiento y que al menos ha transcurrido un periodo de cinco años desde el diagnóstico) en su vida cotidiana.

En este encuentro el equipo de Oncología del Insular se enfrentó "sin bata blanca" ni ordenador a un público, que por su condición de afectado, normalmente le surgen "muchas dudas".

Según la Sociedad Española de Oncología Médica en 2015 se detectaron a nivel nacional algo más de 247.000 nuevos casos de cáncer.

El modelo comunitario de atención psicosocial que desarrolla Santa Lucía ofrece a sus usuarios un servicio de apoyo domiciliario a aquellos pacientes que no puedan trasladarse al hospital durante el tratamiento o que decidan fallecer en casa. Además de movilizar recursos para sus familiares.

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