"En los diez días de la Feria de Artesanía de Maspalomas saco el sueldo de dos o tres meses, pero hay que saber guardar para pagar el seguro de autónomo, vivir y comprar materiales para seguir trabajando" declaró ayer Alejandro Tornos Martínez, platero que aprendió el oficio de su padre, que reparaba joyas de oro en un taller de Vegueta. Ante sus creaciones: anillos, pulseras, pendientes, entre los que destacaban los llamados alas de hada, a los que incorpora hasta un mensaje, aseguró que puede vivir "perfectamente" de su oficio de artesano, si bien eso le obliga a acudir a todas las ferias. "Es un concepto distinto de trabajar, tienes que aprovechar las muestras como la Maspalomas, adonde acude mucho turista, entre una y otra, ponerte a fabricar", comentó mientras atendía a los primeros clientes.
En otra de las cuatro carpas que ha instalado el departamento de Comercio del Cabildo grancanario junto al Faro para acoger a los 71 artesanos, de 28 oficios, que participan en este certamen, Pedro Conde Luque le daba forma a una de las piezas de un juguete de madera. En su caso, este trabajo fue una opción que tomó cuando hace ya cinco años, y contaba con 49 entonces, tuvo que cerrar su empresa de carpintería en Málaga, por la crisis. Reveló que le costó hacerse un hueco porque fueron muchos los que pensaron en la artesanía para salir adelante, y además, hay mucha competencia, pero "a base de insistir" la Fedac le abrió las puertas, y hoy puede "mantenerse de este trabajo".
También para Isaac Sánchez, que se formó en la instalación de equipos mecánicos, convertirse en purero fue una alternativa una vez que su familia dejó las fábricas de tabaco. Se quejaba de que las campañas contra el humo perjudican su negocio, y de que los turistas regatean hasta los céntimos, pero aún así, dijo que puede vivir de este trabajo artesanal.
Entre turistas colgándose bolsos, y otros mirando las pulseras, que han hecho con piel, Marco González, y Nayra Rodríguez, de Teror, se mostraban muy ilusio-nados con las perspectivas de la muestra. Según datos del Cabil- do el pasado año se facturaron 130.000 euros, y el reto es superarlo y para ello disponen hasta el 27 de marzo. "Me inspiro según me levante, un día me salen cosas, y otras nada" señaló este artesano.
