El grupo turístico Lopesan lidera la oferta de camas hoteleras de Meloneras. Con unas 6.000 camas porque el grupo que preside Eustasio López, suma a las plazas del Hotel Costa Meloneras, El Villa del Conde, y el Baobab, las del Ifa Faro, se posiciona como líder frente a sus competidores Riu y H10, que explotan unas 3.500 camas en esta zona turística. Los suelos que tiene por desarrollar este promotor le darán aún una posición aún más ventajosa en cuanto a la oferta se refiere.
El Plan General de Ordenación de 1996 de San Bartolomé de Tirajana preveía la ejecución de la urbanización dividiendo Meloneras en dos amplias zonas: Meloneras 2-A y Meloneras 2-B. Todo el área conocida como 2-A se encuentra ejecutada en gran parte, y abarca desde el Faro hasta la playa de Meloneras.
Fue, precisamente Lopesan, el que inició las obras urbanización y la edificación de los primeros hoteles, ya que este empresario ostentaba la propiedad de los terrenos conjuntamente con el Conde de la Vega Grande, lo que contribuyó a un rápido desarrollo de los hoteles que ocupan las tierras en las que antes había tomateros.
Sin embargo, en la otra parte de Meloneras, la 2B, las disputas empresariales por la titularidad del suelo, en este caso propiedad de los sobrinos del Conde ha empatanado el desarrollo turístico. La propiedad ahora la comparten los Del Castillo, Santana Cazorla, cada uno con un 41%, y también Lopesan con un 8%, mientras que el resto es la parte que se deja para espacios públicos. Hasta nueve hoteles y un centro comercial se pueden implantar en esta parte de Meloneras.
La polémica arranca porque los Del Castillo contrataron en 1985 a Santana Cazorla la urbanización de los terrenos, y como no se llevaban a cabo los proyectos, en 2001 rescinden el contrato, pero en 2009 un juzgado de Primera Instancia de Las Palmas admitió la vigencia del contrato entre Santana Cazorla y los sobrinos del Conde. Seis años después del primer fallo judicial, el Tribunal Supremo zanjó el asunto reconociendo la validez del contrato de Santana Cazorla de manera que el reparto de parcelas queda como en el acuerdo inicial. Pero, la falta de socios que aporten capital ha impedido a Santana Cazorla iniciar uno solo de los hoteles de esta otra parte de Meloneras.
