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San Bartolomé de Tirajana Inicio de la vendimia en la caldera

Los viticultores prevén duplicar la cosecha

La SAT de Tunte recoge sus primeros racimos y cerrará la campaña con 135 toneladas

La Sociedad Agraria de Transformación (SAT) de Tunte recogió ayer sus primeros racimos de uvas en la finca Los Morales. La gerente de Bodegas Las Tirajanas, Ana Nanclares, desvela que la "calidad de la uva de esta cosecha es excepcional" debido a que la climatología ha dejado este año una "maduración uniforme" en las parras de la Isla. Los viticultores, que arrancan la campaña en el Sur y culminarán a finales de octubre en el Norte, prevén recolectar 135 toneladas de vid, casi el doble que la temporada anterior.

La primera vendimia de Tirajana llegó ayer a primera hora de la mañana a la bodega de Tunte "fresca" y con expectativas halagüeñas para el sector.

Tras cinco horas de recolección nocturna en la finca de Los Silos y pasar por la despalilladora de Las Tirajanas, el primer mosto de la campaña endulzó el paladar de una pareja de suecos, que "por pura casualidad" decidió ayer perderse con su coche de alquiler por las montañas de Amurga y descansar al filo del mediodía en Tunte para probar la "esencia local".

Este año la cosecha vinícola arranca en la víspera de Santiago en el sur de la Isla y culminará a finales de octubre en la zona de la Lechuza del municipio de San Mateo con unas previsiones "muy esperanzadoras" para los productores de vid de la Isla.

Tras la caída de casi en un 40% de la añada anterior, la campaña este verano se presenta "generosa" y de una "calidad excepcional".

La meteorología, que este año ha hecho los deberes, ha permitido que los viticultores de la Isla prevean recolectar cerca de 135 toneladas de vid, lo que supone casi duplicar las 72 toneladas del año pasado. Según explicó Ana Nanclares, gerente de Bodegas las Tirajanas, esta cosecha se vaticina como "una de las mejores" de los últimos siete años en la Isla.

No solo por la cantidad (85.000 litros de vino), sino también por la calidad de la uva.

Tras un año "atípico", este invierno ha regalado al Archipiélago "frío" en el momento adecuado y la primavera y "hasta ahora" el verano no han dejado grandes dosis de calor. Esta fórmula equilibrada en agua, sol y vientos alisios ha dado sus primeros frutos en la vertiente Sur de Gran Canaria.

A 800 metros sobre el nivel del mar, en Tirajana, la vendimia dio el pistoletazo de salida con palés repletos de Verdello de El Hierro y Albillo criollo, principalmente. En los próximos tres meses, la producción se extenderá a Fataga, Lomos Los Azules, Sorrueda, Ayacate y los altos de Moya y Gáldar con las variedades de Malvasía, Marmajuelo, Listán y Verijadiego para acabar con la recolección de las últimas uvas tintas en la zona de medianías (San Mateo) a una altitud de 1.100 metros.

Entre blancos y tintos la SAT de Tirajana produce un total de 11 vinos, que muestra esta cosecha una "maduración equilibrada".

Estos caldos, distribuidos en tres colecciones, destacan por sus "aromas", frescor y matices de "acidez" en boca, que emanan de los minerales del suelo isleño.

Los blancos, elaborados en su mayoría a partir de Malvasía, destilan "aromas tropicales con notas florales" y reminiscencias a "hierba fresca". En la mesa cazan a la perfección con "pescados, mariscos, quesos y verduras", según detalló Nanclares.

Los tintos, que derivan de Castellana, Tintilla y Vijariego negro, principalmente, desprenden en nariz aromas a "frutos rojos" y dejan notas "balsámicas y mentoladas" en boca. Su maridaje ideal son "carnes, aves, estofados y comida de consistencia".

Bodegas Las Tirajanas promociona sus productos en ferias internacionales y catas regionales, insulares y locales. Este año se estrenó con una pequeña muestra en Madrid y espera ampliar su difusión de manera progresiva por la península. En el marco de estas actividades, el Malvasía seco y semidulce han cosechado premios en la categoría de plata y bronce, respectivamente, en los dos últimos años en certámenes organizados por Cervim, en Italia. Este organismo internacional, fundado específicamente para valorar y rescatar la "viticultura heroica", premia el cultivo de parras en pendientes de más de 30% de inclinación, en una altitud superior a 500 metros sobre el nivel del mar y en pequeñas islas. Tres condicionantes que reúnen los vinos canarios y de Madeira.

Los caldos de Las Tirajanas han encontrado gran aceptación en los últimos siete años en hoteles, supermercados y restaurantes de la Isla. Aunque "cada vez más" las visitas de particulares y grupos a la bodega impulsan su salida al mercado.

Este "boca a boca", unido a rutas contratas previamente con turoperadores especializados en el mercado turístico nórdico y la visita espontánea de visitantes alemanes, daneses e italianos, ha motivado que la bodega haya centrado el itinerario de más de 20.000 turistas al año. Visitantes de países, como Rusia o Polonia que de forma tímida comienzan a explorar carretera arriba las delicatessen locales, también han pasado por las instalaciones de Tunte.

Esta afluencia de forasteros a la bodega responde a nuevas pautas de comportamiento que experimenta el sector turístico en los últimos años. Por un lado, los turistas "cada vez son más independientes" y prefieren adentrarse en las montañas de la Isla a bordo de su coche de alquiler y fuera del circuito establecido por los turoperadores, comenta la responsable de Marketing de la bodega, Eva Guedes.

Y, por otro lado, los visitantes buscan "experiencias únicas" durante sus vacaciones que les permitan conocer la "cultura local" del destino más allá del sol y playa.

Precisamente este turismo cultural y gastronómico, aderezado con las explicaciones de profesionales de la Isla, se conjuga en el interior de la bodega sureña.

"Los turistas, sobre todo, nos preguntan si las personas que trabajan en la bodega son canarios. Para ellos es muy importante que les reciban gente de la tierra, que ha crecido aquí y que pueden aportarles información detallada sobre la zona y sus singularidades. Ellos desean sentirse como en casa y consideran que un local les facilita esa sensación de bienestar" durante su estancia en la Isla, matizó Guedes.

Los fines de semana, este paisaje demográfico internacional se vuelve insular. Existe un "creciente interés" de la población local por disfrutar de la tierra y de "sentirse orgullosa" de sus productos. Desde familias, parejas a grupos de mayores y murgas de carnaval. Cuenta Guedes que el público insular llega hasta los caldos de Tunte después de probarlos en las catas de vinos celebradas en los municipios a lo largo del año o atraídos por actividades puntuales.

En la agenda anual de la bodega destacan la actividad denominada El poder del sonido, concierto con cuencos tibetanos y cantos armónicos que celebra Las Tirajanas por San Andrés, o las veladas musicales que bajo el título de Malvasía en concierto ofrece la oportunidad de saborear una copa de vino marinada con los acordes de la orquesta Camerata.

Los próximos 5 y 12 de agosto la bodega invita al público a convertirse en Viticultor por un día en la finca Los Morales, donde podrán "voltear la uva, oler la parra, probar el mosto y conocer el proceso de elaboración" al completo tras disfrutar de un auténtico desayuno campesino al aire libre.

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