La Cámara de Comercio de Lanzarote ha cifrado en medio millón de euros las pérdidas ocasionadas a los empresarios lanzaroteños por la cancelación de las escalas de cuatro cruceros durante el pasado fin de semana debido a la incapacidad para atracar por el fuerte oleaje. Los cruceros Thomson Majesty, Saga Pearl II, Queen Elizabeth y Oriana tuvieron que dirigirse a otros puertos canarios mientras que el Oceana solo pudo atracar de las 17.00 horas a las 23.00 horas del pasado domingo después de estar fondeado desde la mañana.
El presidente de la Cámara de Comercio de Lanzarote, José Torres, asegura que el puerto de Arrecife es el único de Canarias que sufre este tipo de inconvenientes por mal tiempo, fundamentalmente cuando el viento azota a la isla desde el sur. Un problema que no se solventará con la futura ampliación del dique de Los Mármoles que se está ejecutando en estos momentos. "El puerto necesita un abrigo que ni siquiera está contemplado en el plan de obras de la Autoridad Portuaria de Las Palmas hasta el año 2019", indica Torres.
El representante del Ayuntamiento de Arrecife en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Tomás Fajardo, recuerda que cada año se cancelan entre ocho y 12 cruceros por estas mismas circunstancias. "Mientras no se construya la obra del cierre no se va a solventar", insiste Fajardo que anuncia que volverá a expresar el malestar de la isla en la próxima reunión del consejo de administración.
Según los datos aportados por la Cámara han sido unos 6.000 turistas los que no han podido bajar a tierra, a lo que hay que sumar los 2.000 pasajeros del Oceana que lo hicieron ya por la tarde, lo cual les impidió realizar excursiones por la isla. A los 8.000 cruceristas hay que sumar una tripulación de unas 3.500 personas.
Los empresarios temen también que la naviera del Queen Elizabeth pueda suspender sus escalas en Lanzarote dato que es la tercera vez (dos en esta temporada y una el pasado año) que no ha podido atracar en Arrecife tras una travesía de varios días desde el puerto británico de Southampton. "Esta cancelación les causa un grave problema no solo para los turistas que llevan dos días navegando sino fundamentalmente a las tripulaciones que no pueden hacer los descansos programados", señalan fuentes de la Cámara de Comercio.
