Las zonas de baño de Arrecife multiplican sus usuarios durante el verano. Y a pesar de sus limitaciones, en los últimos años estos espacios han experimentado un tirón coincidiendo con la apertura y mejora del litoral de la ciudad.
Los 640 metros de arena de la Playa de El Reducto de Arrecife conforman la auténtica "joya de la corona" del corto listado de zonas de baño capitalinas. Una tarde de domingo, apenas 300 usuarios vienen a marcar el récord semanal de la principal playa de una ciudad que cuenta con más de 50.000 habitantes.
La Playa de El Reducto cuenta con servicio de habitual de socorrismo y paulatinamente se ha dotado de servicios anexos que, promovidos por el Ayuntamiento local, buscan añadir los servicios que la hagan atractiva. Uno de los últimos ha sido la instalación de las hamacas, que son fundamentalmente utilizadas por los turistas que se alojan en los hoteles urbanos.
"Los canarios somos más de arena y toalla", comenta el vigilante de la torre que esa tarde nos explicaba su trabajo. Además de los servicios propios de prevención, vigilancia, rescate e intervención sanitaria, los socorristas de la empresa Pro-Activa Servicios Acuáticos se encargan de acompañar y asistir en todo momento a los usuarios que necesiten utilizar sillas adaptadas para disfrutar del baño
Una media de una persona al día es ayudada para acceder al agua: "Te sorprendería saber lo bien que se siente la gente con movilidad reducida cuando están libres en el agua y su cuerpo no es una cárcel. De hecho, los usuarios de la Asociación de Discapacitados de Lanzarote (Adislan) son unos habituales durante las semanas del verano", nos espeta el joven poco antes de dirigimos a las oficinas de la única empresa que oferta servicios de ocio deportivo en la Playa de El Reducto.
Incipiente oferta de ocio
Allí nos recibe Sergio, uno de los propietarios. "Abrimos hace cinco años; y creo que hacemos una buena función al dinamizar esto". Hasta el momento son los únicos en su especie, porque ellos concentran el trasiego de ida y venida desde su local hasta la arena de esas pequeñas embarcaciones que solicitan turistas y residentes. "Nos dedicamos a alquilar tablas de windsurfing, de padel surf, piraguas, voley playa y cosas así", expone mientras observamos cómo sus compañeros mueven algunas tablas. Sergio define esta playa como "un paraíso para muchos que nos visitan, y la tranquilidad de sus aguas la hace segura y apta para aprender cualquier deporte relacionado con el mar", aclara.
Barreras de protección natural como en El Reducto que aseguran su quietud las encontramos también en la conocida como "playa de la sandía", al otro lado de la ciudad, enroscada junto al Puerto de Los Mármoles. Es uno de los enclaves que más demanda ha observado en los últimos años, precisamente por el mismo carácter familiar que maneja la principal playa arrecifeña.
Fines de semana
Estas playas son urbanas, así que debemos situar su principal actividad durante los fines de semana. Y ahí es cuando la playa situada junto al barrio de Valterra se torna más ruidosa y animada. Tanto una como otra playa jalonan la capital; y en medio, la playa del Castillo de San Gabriel, que poco a poco va abriéndose al uso de los vecinos, aunque es la menos concurrida.
Mención aparte merecen los clásicos baños que los pequeños y jóvenes de Arrecife se dan en los puentes del centro urbano, junto al Puente de las Bolas, o los de La Pescadería, junto al Club Náutico de Arrecife. En estos lugares se respira diversión y son los rincones elegidos por multitud de jóvenes que aprovechan la pleamar para disfrutar de los saltos acuáticos en dos marcos arquitectónicos que no tienen parangón en otras zonas del litoral lanzaroteño.
Por otro lado, los críticos locales de estos baños juveniles en aguas interiores señalan hacia la posible peligrosidad de estas prácticas y a la dudosa calidad del agua.
Tras un paseo por estas zonas de baño, podríamos concluir que Arrecife pone en valor su marina y zonas de disfrute playero. Aunque resta camino por recorrer.
