Borja Martínez, Ana Escribano, Gorka Larrañaga, Miguel Ángel Oribe o Chico Esteban son sólo algunos de los artistas plásticos que han pasado por la Casa del Artista de Apartamentos Nautilus Lanzarote, en Puerto del Carmen. Esta residencia de artistas es un lugar donde recalan para descansar y trabajar. Allí exhiben sus dotes artísticas y, de paso, nutren luego una de las colecciones de arte contemporáneo más interesantes de las que podemos ver en Lanzarote.
Modesta ante esta calificación, no quiere decir tanto la responsable del establecimiento turístico, Ana Piñel: "Hace más de 10 años que contamos con esta residencia en nuestro complejo, y de forma natural, ha surgido este parque escultórico y otras obras que mantenemos aquí; pero no me atrevería a hablar del valor de nuestra colección", señala.
Nautilus forma parte del entramado internacional Red Artist, una asociación dirigida a este tipo de "intercambios" que cuenta con unas 300 residencias en todo el mundo. Pero los que acuden a la residencia también pueden surgir de "referencias previas" que tienen los gestores de esta iniciativa, según nos clara Ana, que reconoce que "muchos repiten, aunque no todos los que querrían porque hay una lista de espera importante".
En el ADN del complejo
Hay muchas formas de hacer turismo, y en este lugar se conjuga el descanso, el sol y la playa con el Arte. Situada en Matagorda, la Casa hospeda a creadores de diferentes disciplinas como pintores, fotógrafos, escultores, o incluso músicos.
Fruto del trabajo de los artistas es el reparto disperso de sus obras en zonas comunes y apartamentos, así como el desarrollo paulatino de un parque escultórico incipiente que podemos observar en los terrenos anexos al establecimiento; donde encontramos también una cuidada flora autóctona.
Más allá del sentido de la residencia, la urbanización turística tiene su propia filosofía, ya que hablamos de un proyecto hotelero que presume de mezclar en su oferta sostenibilidad y turismo.Según nos aclara Ana Piñel, "hay tres pilares que guían nuestras decisiones empresariales y que forman parte de nuestro ADN. Uno de ellos es el Arte y la Cultura; y eso debería enmarcarse en lo que consideramos que es una responsabilidad social corporativa".
