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El misterioso robo de las colmenas

Desde mediados de noviembre se han sustraído cinco enjambres de tres explotaciones distintas

Colmena de la empresa Apicultura Lanzarote de Darllene Kist, una de las afectadas por los robos. LP/DLP

Cinco colmenas en menos de un mes y en tres explotaciones distintas. Los apicultores de Lanzarote han dado la voz de alarma tras el robo de cinco colmenas en las localidades de Uga y Femés (Yaiza) y Haría pertenecientes a tres explotaciones distintas. "Lo que parece evidente es que los autores de los robos saben muy bien lo que se hace porque el manejo de las colmenas es muy peligroso", destaca Manuel Cerpa al que la semana pasada le sustrajeron tres de las 110 colmenas que posee en Haría.

La primera denuncia ante la Guardia Civil la interponía a mediados de noviembre la norteamericana Darllene Kist que junto a dos socios más cuenta con 40 colmenas repartidas por distintos puntos de la isla para la producción de miel ecológica.

"Era una colmena que estaba en fase productiva", recalca Darllene quien cree que el autor del robo debía conocer la ubicación porque estaba en una zona poco accesible. "Es posible que se robara por la noche porque es más fácil dado que las abejas se encuentran dentro y con cerrar la puerta es posible su traslado", señala.

El Servicio Insular Agrario del Cabildo ha emitido una alerta a través de la web AgroLanzarote para intentar dar con los ladrones. "Si algún ciudadano localiza colmenas de reciente instalación o bien ubicadas en zonas cercanas a poblaciones o carreteras rogamos lo ponga en conocimiento del Servicio Insular Agrario con el fin de verificar que dicha instalación ha sido autorizada previamente por la Dirección General de Ganadería y no se trata de colmenas sustraídas de otra explotación", recoge la alerta. De hecho, la ley establece que todas las colmenas deben de venir identificadas con el número de registro de explotación ganaderas del titular de la explotación. Además su ubicación debe de realizarse a unas determinadas distancias de la población y de las carreteras por lo que suelen estar ocultas de la vista del publico en general.

La italiana Elisa Trevidol, que tiene actualmente seis colmenas, sufría también el robo de uno de sus enjambres en Femés. "Si no se conoce bien este mundo es una locura trasladar una colmena", afirma. "La verdad es que estamos dolidos porque esta profesión requiere de mucho trabajo", afirma.

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