La mayoría de los grandes proyectos previstos para la capital grancanaria, como la remodelación del Guiniguada, la construcción de un centro de ocio en la Cícer o el parque de La Música, seguirán congelados un año más, debido a la crisis económica. En el olvido han quedado la pasarela futurista Van Berkel que se ideó para cruzar la parte baja del barranco de La Ballena o la remodelación de la desembocadura del barranco de Tamaraceite.

El gobierno municipal no ha impulsado en los casi tres años que lleva gobernando las grandes actuaciones pendientes y este año tienen, con la crítica situación de las arcas municipales, la excusa perfecta para mantenerlos en el limbo. De hecho, las únicas dos obras que se iniciarán en la capital el próximo año están financiadas por otras instituciones. Se trata del puente de Obispo Romo, recién adjudicada por casi cuatro millones aportados por el Cabildo de Gran Canaria, y el Palacio de los Deportes de Siete Palmas, que será financiado a partes iguales por la institución insular, el Gobierno canario y el Estado.

Las obras del puente de Obispo Romo, recién adjudicadas cuando se cumplen dos años del hundimiento de la calle por las lluvias, comenzarán en un plazo de un mes, si no surgen contratiempos, y resolverán un problema que se arrastra desde hace más de 20 años. Se prevé que en menos de dos años los barrios de Schamann y Escaleritas estén conectados a través de un puente y además se unirá el barranquillo de Don Zoilo con la Ciudad Alta a través de un parque.

Otro gran proyecto, aparcado desde la época del ex alcalde José Manuel Soria, que se pretende iniciar este año es el Palacio de los Deportes de Siete Palmas. La actuación, que acaba de sufrir un drástico recorte al pasar de los 90 millones previstos inicialmente a 73, está pendiente de salir a concurso y el Cabildo, impulsor de la obra de cara a obtener la sede del Mundobasket 2014, espera iniciarla el próximo mes de julio. De momento, ya se han hecho sustanciales rebajas al proyecto inicial, por el recorte presupuestario, que dejan para una nueva fase las instalaciones acuáticas y otras zonas deportivas.

La licitación de la remodelación del viejo Estadio Insular está pendiente de la modificación del planeamiento municipal, según señalan desde el Cabildo, dado que la obra será financiada a través de una concesión privada y no precisa inversión pública.

La que parece haberse quedado definitivamente olvidada es la remodelación de la desembocadura del barranco Guiniguada. Tras el derribo del Scalextric, la ex alcaldesa popular Pepa Luzardo dejó adjudicada la fase de rellenos de la escollera y en los presupuestos municipales figuran desde hace más de un año casi diez millones para la actuación, pero no arranca. El anteproyecto inicial, realizado por Joan Busquets, ha sido sometido a modificaciones para atender las exigencias de Obras Públicas del Gobierno canario. Lo último que dijo sobre el asunto el edil de Urbanismo, Néstor Hernández, es que la actuación tenía que plasmarse en el Plan General, pendiente de aprobación.