- Me imagino que habrá de todo. Evidentemente, habrá algunos que estarán saltando de alegría y otros que valoran todos los logros y acuerdos alcanzados. Fruto de eso hoy en día, independientemente de que la situación no es tan buena como quisiéramos, tenemos un puesto de trabajo. Eso hay que valorarlo y es un privilegio en los momentos en que estamos. La garantía en los puestos de trabajo ha sido una máxima en mi política sindical.

- ¿Qué balance hace de los 22 años que ha estado como dirigente sindical?

- Ha habido momentos durísimos, desagradables y muy tristes, mayormente cuando se produjeron las privatizaciones salvajes del gobierno de José Manuel Soria. Sufrimos un desgaste enorme porque había que movilizarse. Y porque no podíamos quedarnos inmóviles ante una situación de ese calibre, ante ese ataque brutal a los puestos de trabajo. Lo que nunca entendimos es por qué nunca quisieron firmar una salvaguarda de los puestos de trabajo y los derechos que los trabajadores municipales habían conseguido. En algunos servicios privatizados no se respetó y en otros sí, y en algunos casos, los compañeros lo pasaron verdaderamente mal.

- ¿Ésa fue la peor época que vivió como dirigente sindical?

- Sí, ésa ha sido una de las peores épocas. Evidentemente hubo también otras épocas convulsas y de revueltas como consecuencia de algunas decisiones en contra de los derechos de los trabajadores, pero también estuvimos hábiles cuando pusimos sobre la mesa una serie de alternativas en los institutos y las sociedades municipales para que no fueran a la empresa privada. Amortiguamos el golpe de una segunda fase de privatizaciones.

- Entre los logros, ¿el más importante es la estabilidad de 700 trabajadores laborales?

- Bueno, el acuerdo de homologación también fue importante. Había diferencias muy importantes, abismales, en los salarios de los laborales con respecto a los funcionarios y quisimos hacer efectiva aquella consigna de a igual trabajo igual salario. Enarbolamos esa bandera y se logró, aunque fue duro. En 1991 se inicia la reivindicación, cuando estaba Gloria Gutiérrez de concejala de Personal y podía haberla firmado José Luis Guereta, pero al final la firmó en 1995 Javier Cossío, un hombre con un talante muy bueno. De hecho, entró en barrena con Soria y se lo quitó de arriba. Como lo destinaron a Ceuta, decíamos que Cossío les iba a entregar Ceuta a los marroquíes.

- ¿Y cuáles han sido los concejales de Personal más duros de pelar?

- Con los años, la gente va cambiando y hoy en día a lo mejor no tiene nada que ver con el talante que tenía en aquella época Felipe Afonso. Pero su intransigencia y el no querer poner una salvaguarda a los puestos de trabajo y las garantías sociales de los trabajadores privatizados le hizo pasar a la historia como el peor concejal de Personal, posiblemente por ser el edil de Soria. Fue el que tuvo que lidiar con las privatizaciones y me imagino que su talante habrá cambiado.

- ¿Y los mejores?

- Creo que José Luis Guereta ha sido uno de los mejores concejales de Personal, independientemente de las batallas que tuvimos con él porque era bastante astuto y venía del mundo sindical. Se las sabía todas y era duro de pelar. No es que nosotros quisiéramos conseguir todo a cambio de nada. Evidentemente hemos puesto contraprestaciones sobre la mesa a las mejoras de las condiciones de trabajo. Como empleados públicos sabemos que también la ciudadanía nos puede poner a caer de un burro y hemos sido prudentes. Sin duda alguna uno de los logros más importantes fue el que 700 personas consiguieran su estabilidad laboral. Se logró en el último pleno de Soria, a pesar de que Pepa Luzardo se negó porque no quería hipotecar su mandato.

- Seguro que tendrá muchísimas anécdotas que contar.

- Recuerdo la que se montó cuando el concejal Juan José Cardona nos echó de la comisión de Personal tras el desembarco de Soria. Hay anécdotas muy simpáticas, como cuando íbamos a hablar con el concejal de turno con las manos tiznadas de negro por las pintadas. Teníamos una cara tremenda y eran otros tiempos. Ahora estamos gestionando temas puntuales y coyunturales, porque con la situación que hay en la calle poco hay que pedir.

- Se va en un momento en el que se ciernen negros nubarrones sobre el horizonte.

- No son nada buenos. Los tiempos son difíciles, pero tengo un desgaste importante y sé hasta dónde puedo llegar. No puedo poner en riesgo mi salud ni mi situación familiar.

Felipe Afonso ha sido el peor concejal de Personal por su intransigencia. Espero que haya cambiado

Con Javier Cossío firmamos la homologación, antes de que entrara en barrena y Soria se lo quitara de arriba

Ahora sólo gestionamos temas puntuales porque, con la situación que hay en la calle, poco hay que pedir