Un jurado popular declaró ayer culpable al subinspector de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria que ha sido juzgado esta semana en la Audiencia de Las Palmas por tratar de parar una prueba de alcoholemia para evitar la imposición de un multa a un conductor ebrio.

El veredicto, hecho público a las 20.30 horas, considera probado que Eduardo Arbelo Betancor llamó al móvil de la unidad de atestados, se identificó como subinspector y "ordenó" paralizar la prueba "con la intención de favorecer y evitar una sanción administrativa" a Agustín P. S., que finalmente ha sido absuelto por la magistrada junto a Carlos O. R., el oficial que esa madrugada del 25 de febrero se presentó en el control de alcoholemia acompañado del mando policial.

La juez absolvió de viva voz a estos dos acusados porque el jurado declaró que no cometieron los hechos por los que fueron enjuiciados. Eso motivó que el fiscal Miguel Pallarés y la acusación particular sólo reclamaran una sentencia condenatoria para el subinspector, en concreto solicitaron nueve meses de prisión y cuatro años de inhabilitación por un delito de tráfico de influencias, entre otras penas.

La magistrada deberá acordar en los próximos días el fallo judicial que dé forma al veredicto. La abogada del subinspector, Juana Rosa Domínguez, insistió en que los hechos probados no son constitutivos de un delito de tráfico de influencias e interesó la absolución.

Los nueve miembros del tribunal popular también propusieron la suspensión del cumplimiento de la pena, pues entienden que el comportamiento del mando policial no reviste extrema gravedad.

El subinspector no sólo llamó por teléfono, sino que acudió al control policial y volvió a "ordenar" a los agentes intervinientes que "paralicen la prueba de alcoholemia". Los policías se negaron, siguieron adelante y multaron a los dos motorista con 600 euros. Luego elaboraron un informe y pusieron los hechos en conocimiento de la Jefatura de la Policía Local.