El nuevo reglamento municipal del taxi, aún en fase de alegaciones, ha conseguido sembrar la controversia en un sector marcado por la polémica desde que saltase a la luz pública la supuesta administración irregular de licencias por parte de los floteros, que además llevó a la imputación de siete de ellos. Tener conocimientos fundamentales de inglés o haber cursado estudios básicos serán algunos de los requisitos que deberán cumplir los conductores que se incorporen al taxi. Otros puntos candentes del borrador se centran en cuestiones como la obligatoriedad del uniforme. Un hecho para algunos necesario, mientras que para otros es una mera cortina de humo, aunque todos coinciden en algo: no están dispuestos a pagar una indumentaria específica impuesta.

La pregunta la lanzó al aire Cristo García, presidente de la Nueva Asociación de Asalariados del Taxi (AUT). "Si hay que ir vestidos de una forma concreta, ¿quién va a pagar eso?". No obstante, mostró su acuerdo con la necesidad de ataviarse con cierta uniformidad. También está conforme con el hecho de velar por el buen estado de los vehículos.

Pero hay puntos "inviables", según García. Para la AUT, el hecho de que un cliente pueda elegir el vehículo en la parada hace que esta pierda su finalidad además de "generar tensión entre los taxistas y caer en la ideología del clasismo". El presidente de la asociación manifestó su apoyo a Ángel Sabroso, concejal de Movilidad, ante el hecho de que los titulares de las licencias puedan tener hasta cinco de ellas, "ya que además de ser una ley impuesta por el Gobierno de Canarias, generará más empleo. Eso sí, que esté regulado".

Para José Luzardo, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos del Taxi (ATAT), el nuevo reglamento municipal es un objetivo cumplido, a pesar de que aseguró que aún tiene que estudiarlo a fondo. "Seguramente habrá cosas que mejorar, pero por lo pronto hemos obtenido grandes logros como la obligatoriedad de que los conductores asalariados trabajen con contratos de jornada completa". Algo que, según Luzardo, reducirá en más de un 50% el "intrusismo" en un gremio que bajo su criterio está bien que vista con cierto rigor y uniformidad.

El grito en el cielo lo puso María Eugenia García, presidenta de la Asociación de Asalariados del Taxi de la ciudad, quien tildó el borrador de medida para desviar la atención ante "la prevaricación" descubierta. "¿Cree que poner un uniforme va a regular la situación? Lo que debe hacer el Ayuntamiento es paralizar los traspasos de licencias". Para García, el Consistorio únicamente se "se aprovecha de la ignorancia ciudadana".