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Entrevista. Trabajadora social de Gamá

Jennifer Niesvaara: "Sigue habiendo acoso, pero se avanza"

La trabajadora explica qué herramientas se emplean desde el colectivo para informar a los jóvenes canarios

Jennifer Niesvaara, ayer, durante las jornadas en Infecar. ANDRÉS CRUZ

La charla que han impartido tiene un objetivo formativo. ¿Qué aspectos han tratado concretamente con los chicos en esta jornada?

Estas jornadas tratan el tema de la transexualidad y de la reciente aprobación de la ley de no discriminación a las personas transexuales en Canarias, que se aprobó en 2014. Tenemos que trabajar sobre esta realidad porque es algo totalmente desconocido y dentro del colectivo LGTB es de las más discriminadas. Hoy [por ayer], la primera parte ha sido una charla en la que hemos trabajado con los alumnos y técnicos del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, centrándonos conocer las diferentes orientaciones e identidades para que los chicos sepan de qué estamos hablando. Hemos hablado sobre lo que es diversidad y lo que no lo es, así como sobre el movimiento trans que, en general, está bastante olvidado, a pesar de que el colectivo LGTB tenemos mucho que agradecerle porque realmente fueron los que se llevaron las tortas en un principio y nos han abierto muchas puertas. Eso hay que agradecérselo y al mismo tiempo pedirles perdón porque en muchas ocasiones dejamos la T como algo final.

¿Podría contar qué medidas abarca la ley aprobada hace algunos meses?

Es una ley de reciente y la que necesitamos seis meses para que se apruebe el reglamento que permita ponerla en marcha como tal. Esta ley abarca medidas en diferentes ámbitos. A nivel sanitario, se trata de garantizar el protocolo de atención a las personas trans y que en el caso de acudir al médico se les trate en femenino si se siente mujer o en masculino, en el caso de sentirse hombre. Además este es uno de los colectivos con mayores dificultades de inserción laboral, por lo que en este aspecto se busca la discriminación positiva. Nosotros nos hemos centrado en el ámbito educativo porque los jóvenes se están visibilizando en los centros escolares, tanto en infantil, primaria y secundaria. ¿Qué pasa? Que profesorado y alumnado carecen de herramientas.

¿Qué herramientas educativas contempla esta normativa?

La ley contempla aspectos muy claros como la formación de alumnado y profesorado. Luego, por ejemplo, si es una chica trans, pues que se le trate en femenino y que se le llame por el nombre femenino, aunque en su DNI no esté rectificado, simplemente por reconocimiento y respeto. O por ejemplo, que el chico o la chica acuda a los baños y vestuarios de la identidad sentida y esto es algo que no se tiene que cuestionar. Va a ir porque se siente una mujer o un hombre. No estamos hablando de un privilegio de una identidad sobre otra, sino de un derecho porque esto no es algo. Hablamos de personas que forman parte de esa diversidad.

Trabajan con jóvenes, ¿qué se encuentran en los centros?

Como Gamá llevamos desde 2001 trabajando con los centros educativos. Lo hacemos a nivel general, abarcando todas las orientaciones y a medida que se trabaja nos damos cuenta de cómo ellos rompen con los estereotipos y hay más flexibilidad ante la diversidad. Se nota cuando se ha trabajado con un centro y cuando no. A día de hoy hay centros que aún no nos abren las puertas y otros que nos llaman todos los días [risas].

¿Entre esos centros hay alguno religioso?

Generalmente nosotros trabajamos con centros públicos, pero en alguna ocasión también lo hacemos con concertados y privados. Cuando acudimos a ellos suele ser porque sabemos que hay algún caso y hay que intervenir, o el centro ve una realidad y nos llama. Hace años éramos nosotros los que llamábamos centro por centro y ahora son ellos los que se ponen en contacto con nosotros. Partiendo de eso, hay centros religiosos que también lo han hecho, al igual que los hay públicos en los que no se trabaja.

¿Qué cambios han notado?

Todo depende del centro. Es verdad que sigue habiendo lgtbofobia y acoso y por eso seguimos estando aquí, porque aún queda mucho camino por recorrer. Pero sí se va avanzando mucho. Los profesores se sorprenden cuando creen que en sus clases o en su colegio no hay ningún tipo de problema y les ponemos imágenes para que hablen y escuchan la opinión sobre este tema y el desconocimiento que hay sobre él. No todo el mundo lo aborda en las aulas porque a lo mejor tienen miedo de que piensen que ellos lo son, aunque también se da al contrario.

En cuanto a los jóvenes transexuales, ¿acuden a edades más tempranas a Gamá?

Sí, los hay de tres o cuatro años. Sus familias se ponen en contacto con nosotros porque sus hijos han empezado a decirles cosas y no saben cómo abordarlo. De hecho, el otro día pensaba yo que cuando se producen reportajes de estas realidades en televisión se produce un repunte, porque es cuando se visibiliza un colectivo y muchas personas se sienten identificados con lo que están viviendo y descubren que esa realidad tiene un nombre. Nosotros asesoramos a las familias para que trabajen esa realidad.

¿Cuál es la realidad actual del colectivo y cómo la trabajan ustedes más allá de esta jornada?

Hay distintas estrategias, desde visibilizar a nivel general, por ejemplo es nuestro año temático en Gamá, con la T por bandera. Porque en la medida que se visualice y se tenga información se acabará con los estereotipos, los prejuicios y la transfobia y se nos abrirá el corazón. También trabajamos acompañando a las familias. Estos niños y niñas ahora están mucho más empoderados, se les está dando estrategias y ellos saben cuáles son sus derechos. A nivel educativo vamos a los centros y tenemos diferentes convenios. A través del Ayuntamiento, damos talleres sobre diversidad afectivo-sexual, en los que lo incluimos todo. Con el Gobierno de Canarias tenemos el proyecto Diversidad en construcción, junto con el resto de colectivos de las Islas para dar formación.

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