El método de construcción de la proa de los barcos en forma triangular fue el que los arquitectos Javier Haddad, Ramón Checa y Luis González eligieron para la estructura de la pasarela que unirá el muelle de Sanapú con el entorno de Las Canteras. Una opción por la que se decantaron con el objetivo de emplear un menor número de materiales y, por lo tanto, reducir los costes, así como para maximizar el aprovechamiento de la luz natural del día y permitir vistas durante todo el recorrido. El trazado curvilíneo de esta pieza generará a su vez nuevos espacios abiertos que contemplan parques y una zona para paneles fotovoltaicos. Además, la estructura contará con un ancho de tres metros, suficiente para que convivan los peatones, los ciclistas y las personas con movilidad reducida.
Onda Atlántica es el nombre de este proyecto que logró posicionarse en primer lugar en el concurso convocado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, el Colegio de Arquitectos de Gran Canaria y la Autoridad Portuaria. De entre las 40 propuestas presentadas, la del los tres arquitectos fue la elegida por un jurado que dio a conocer el resultado el pasado mes de febrero. A la espera ahora de que las Administraciones Públicas resuelvan la financiación de esta obra que está presupuestada en 1,4 millones de euros y que, según informó el alcalde, estará finalizada para la inauguración del acuario Poema de mar. Por lo pronto, el equipo formado por Haddad, González y Checa explicó ayer algunas de las pautas de su propuesta que, además de la ejecución, se llevó como premio 10.000 euros.
"La ciudad le debe mucho al Puerto". Esta fue una de las primer frases en salir de la boca de Javier Haddad para explicar porqué hay que crear la conexión entre el muelle Sanapú y la zona de Las Canteras. Una necesidad que ellos han propuesto solventar con una pasarela "unitaria" por la que podrán circular tanto peatones, como ciclistas y personas con movilidad reducida. Para ello, la estructura contará con tres metros de ancho y tres metros de altura. Se hará sobre vigas trianguladas que a su vez, en los 256 metros en trazado curvo tan solo tomarán contacto con el suelo a través de cuatro apoyos sobre soportes de hormigón en forma de Y, con la altura requerida por el gálibo de la autovía para respetar así la pendiente máxima permitida para minusválidos.
Una disposición pensada para que pueda ser construida empleando menos materiales y que, además, reduciría el impacto con la autovía. Dado al que el recorrido incluye parte de la GC-1, los arquitectos proponen que la pasarela se cree como un conjunto de módulos ensamblados que posteriormente se encajaría en el espacio, contribuyendo a que el tráfico se vea lo menos afectado posible durante la instalación.
El hecho de que la pasarela esté marcada por las curvas generará un nuevo espacio público en el lado del Puerto que los profesionales proponen se convierta en un parque. Asimismo, abrigará la plaza del Mercado del Puerto con la idea de incorporarla de nuevo a la actividad diaria de la ciudad. En lo que a la zona que da hacia la autovía se refiere, se destinará a la instalación de paneles fotovoltaicos.
