Desde que despega hasta el momento de su aterrizaje, un avión tiene cuatro posiciones diferentes. Un hecho que puede pasar desapercibido para la mayoría de los mortales y que, sin embargo, es posible gracias al trabajo que, en el caso de la Isla, realizan casi 200 personas las 24 horas de los 365 días del año. A pesar de que cada una de estas fases está perfectamente delimitada, "con frecuencia se confunden", según apuntó ayer Carmen Guerra, portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) de Canarias. Por primera vez en España, el colectivo se pone a disposición de la sociedad para dar a conocer los secretos de la profesión y lo hace de una manera que roza la realidad.
El Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología estrenó ayer el primer módulo de control físico con el que se mostrará la labor de los controladores aéreos, ya que por cuestiones de seguridad no se pueden visitar las verdaderas torres de control. La actividad, que está enmarcada en el 30 aniversario de la USCA, se desarrollará hasta el próximo mes de junio y contará con la presencia de controladores aéreos que, de manera voluntaria, harán partícipes de su experiencia diaria a los estudiantes que acudan a las instalaciones. Entre ellos se encuentra Mónica Carazo, quien se encarga de la fase de rodadura en la que coordina los movimientos del avión mientras está en tierra. "Controlo la puesta en marcha de motores, el rodaje o los retrocesos en plataforma", especifica poco antes de dar órdenes en inglés a quien le habla al otro lado del teléfono.
Y es que, según explicó Jon Tejedor, coordinador del proyecto, se harán simulaciones de vuelo con sus respectivos controles ajustados a la normativa internacional, a través de la plataforma de la Organización Internacional de Aviación Virtual (IVAO), que cuenta con un centro de control virtual por cada torre real del planeta y 50.000 miembros. Para la ocasión, 13.000 de estas personas (2.000 de ellas españoles) se conectaron a lo largo de la mañana.
El primer centro educativo en pasar al flamante módulo de Control Aéreo del Elder fue el IES Santa Lucía. Los alumnos del primer curso de Formación Profesional en Electricidad y Electrónica aprendieron de primera mano que el trabajo del controlador aéreo "es más difícil de lo que uno se imagina", apuntó Aday Pérez, de 16 años. Los chicos pudieron conocer las diferencias entre la posición de rodadura, la torre de control, destinada al despegue y aterrizaje; la de aproximación, que es la más dificultosa ya que tiene que ordenar el embudo formado por las aeronaves que quieren comenzar o finalizar su actividad; y la de ruta, que indica el nivel óptimo de vuelo hasta que tenga que volver a iniciar el descenso.
Para esto, el espacio del museo cuenta con una pantalla que, conectada a tres proyectores, ofrece una visión completa de la Torre de Control de Gran Canaria. Además, dispone de un puesto de control con fichas identificativas de las aeronaves cuyos aterrizajes, despegues y vuelos en ruta se están controlando realmente (siempre de manera virtual en IVAO), así como también tiene dos posiciones para pilotos.
De la mano de esta actividad también irá el concurso de redacción Controladores, objetivo salvaguardar la seguridad, que el Elder ha puesto en marcha para "despertar vocaciones". Las bases estarán publicadas en la página web museoelder.org y en él podrán participar los escolares visiten el módulo de Control Aéreo a lo largo de estos meses. Asimismo, con motivo de su 30 aniversario de formación, la USCA tiene previsto organizar la Jornada sobre las profesiones de Piloto y controlador para periodistas. Una iniciativa que llevará a cabo con la colaboración del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) y con la del propio museo.
