La Provincia - Diario de Las Palmas

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El "aparatito" cumple 25 años

El servicio de Teleasistencia domiciliaria de Cruz Roja celebra sus bodas de plata

Eduardo Pajuelo, en la sede de la entidad en Ciudad Jardín. YAIZA SOCORRO

Al otro lado del teléfono suena una voz animada y dulce que, enseguida, se presta a la conversación. Quien contesta a la llamada es Edelmira Quintero Padrón. El sutil deje de sus primeras palabras pronto delata su foraneidad. "Soy herreña, pero me siento totalmente canariona", aclara con la simpatía que va a predominar durante toda la charla que, por razones de salud, no puede ser en persona. Y es que desde hace algunos años, esta octogenaria sufre una enfermedad degenerativa que le va haciendo perder la movilidad. La cama es el lugar donde pasa la mayor parte del tiempo, pero no todo. En cuanto tiene oportunidad se lanza a cualquier tipo de ruptura con la rutina. Por eso, cuando desde Teleasistencia de Cruz Roja le avisan para ir a merendar o al cine se lo piensa poco. "Estoy muy contenta con ellos", reitera después de dos décadas como usuaria de este servicio que, este año, celebra sus bodas de plata atendiendo a más de 2.000 personas mayores en toda la provincia.

"Con el objetivo de dar una respuesta inmediata a una demanda de emergencia", explica el responsable provincial, Eduardo Pajuelo, se puso en marcha esta prestación bajo el nombre inicial de Telealarma. Una denominación que, a pesar de que se cambió tan solo un año después "para evitar confusión con los servicios de seguridad", Edelmira Quintero sigue utilizando para referirse al "aparatito" que tiene en su casa. Se trata de un dispositivo parecido a un teléfono que únicamente cuenta con dos botones y que se complementa con un pulsador de pequeñas dimensiones que la persona lleva encima (generalmente colgado), que hay que apretar en caso de necesidad. Esta señal se emite directamente al Centro de Coordinación Autonómico, ubicado en el Puerto de Las Palmas de Gran Canaria, donde tan solo en 2014 se atendió a 3.190 mayores de 65 años o con alguna discapacidad, según la entidad.

Gestión de los servicios

Cruz Roja no va al domicilio de quien ha dado la alarma, sino que se encarga de gestionar los servicios de emergencia que sean necesarios dependiendo de la situación, aclara Pajuelo. Bomberos, Policía Local o 112 codo con codo con el programa de Teleasistencia domiciliaria. "Aunque no siempre es necesario que ellos vayan al lugar". A veces, basta con que el operador le dedique tiempo a la persona y le ayude a tranquilizarse para solucionar el problema de forma autónoma. Así consiguieron que una señora consiguiese quitarse el traje con el que con tanta ilusión había ido a una boda y que después se le resistía. "Nos llamó contentísima para contarnos días antes que ya tenía el vestido con el que iba a ir al enlace", recuerda con cariño el responsable provincial del servicio. Y es que, al final, se crea un vínculo casi familiar.

Además de atender las alertas, esta prestación realiza un seguimiento con varias citas marcadas en la agenda. "A todas las personas las llamamos el día de su cumpleaños y, cada 15 días, verificamos que el servicio funciona correctamente. Asimismo, si algún usuario lo solicita, tras la valoración del trabajador social, se les hacen agendas de medicinas o se les avisa cuando tienen una cita médica", cuenta Eduardo Pajuelo, quien añade que en cualquier caso "se busca la implicación de ellos y de sus familiares". No obstante, lo que más demandan los mayores a Cruz Roja es, precisamente, compañía. "Y eso no quiere decir que estén solos, simplemente que necesitan sentir esa seguridad y tranquilidad de tener a alguien a quien poder llamar a cualquier hora del día, cualquier día del año".

En circunstancias especiales también se elabora una "agenda de soledad" en las que se refuerza el acompañamiento a quienes lo necesiten. Esta labor no sería posible sin la colaboración altruista de los casi 200 voluntarios que hay en Las Palmas. Desde hace dos años, Inmaculada Hernández Cruz, forma parte de este equipo de personas que dedican parte de su tiempo a los mayores que más lo necesitan. "Lo único que quieren es cariño y que se les escuche", comparte esta auxiliar de enfermería que también trabajó como educadora en un centro de menores, aunque ahora está en paro. Una experiencia que tilda de gratificante y que, en su caso, al haber perdido a sus padres y abuelos, le ayuda a sentir ese vínculo especial con alguien más longevo. "Hacen que se te olviden tus problemas cuando comparten contigo cosas de su vida".

Actualmente, Hernández visita una vez por semana a una señora. Para ella, a la hora de tratar con gente mayor es primordial "que te guste", pero sobre todo, tener buen carácter, ser positivo, estar dispuesto a escuchar sin mirar el reloj y armarte de mucha paciencia en algunos casos. De su trayectoria en el servicio de Teleasistencia domiciliaria, la educadora recuerda divertida cómo tuvo que estar durante cuatro horas escuchando misa en la iglesia de San Agustín, acompañando a una mujer que había sido monja. Ella se ríe y reconoce que los ancianos "tienen muy buenos golpes".

La idea, señala Pajuelo, es que ellos se sientan lo más cómodos posibles en su entorno habitual para que puedan permanecer el mayor tiempo posible en él. Entre los requisitos que Cruz Roja pide para poder ser benefactor de esta prestación es que dispongan de línea de teléfono en la casa y que no tengan problemas severos auditivos, cognitivos o de movilidad. "Porque alguien tiene que abrir la puerta en caso de que acudan bomberos o médicos", apostilla el trabajador social que lleva al frente de este programa ocho años y considera que es una de las "mejores cosas" que le ha pasado por "la satisfacción tan grande que dan los mayores a corto plazo". Al servicio, especifica, se puede acceder directamente a través de la entidad (Internet, folletos, información en cualquiera de las oficinas) o bien mediante los Servicios Sociales del Ayuntamiento. "Puede ser subvencionado privado, pero en cualquiera de los casos la prestación es igual". La provincia de Las Palmas fue una de las pioneras en España con Barcelona y Málaga, en la puesta en marcha este proyecto que, extendido por todo el país, celebra sus primeros 25 años de existencia.

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