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Sánchez-Simón achaca la acusación de FCC a que frenó sus ilegalidades

El expresidente del Puerto afirma que el delegado de la compañía se venga de él porque rechazó "validar" algunas "irregularidades"

El expresidente de la Autoridad Portuaria, Javier Sánchez-Simón, salió ayer al paso de las declaraciones de Juan Madrigal, delegado de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) en Canarias, que aseguró ante la Fiscalía de Las Palmas que el ahora candidato de UPyD ordenó que compañías ajenas a la obra de La Esfinge construyeran los bloques que se utilizaron para completar el dique. Sánchez-Simón asegura que estas acusaciones de fraude son una venganza con el fin de desacreditarle, ya que, en su mandato al frente del Puerto frenó varias irregularidades de FCC, tanto en la polémica intervención en el espigón capitalino, como en otra de Fuerteventura.

La declaración de Juan Madrigal en la que asegura que Sánchez-Simón alteró el contrato y causó un perjuicio económico a FCC, adjudicataria en una UTE de la faraónica obra, ha sido objeto de una querella que anunció ayer el expresidente del Ente portuario, al considerar "injurias" las palabras del delegado de la constructora en Canarias. Con esta acción legal, son ya tres las emprendidas por Sánchez-Simón, junto a las de Luis Ibarra, actual presidente de la Autoridad Portuaria, y José Miguel Pintado, exdirector del Puerto de La Luz.

Las obras de La Esfinge son objeto de una investigación de la Fiscalía por prevaricación, malversación de caudales públicos y falsedad documental, a partir de un informe remitido al fiscal por Luis Ibarra, que recepcionó en 2012 una obra que ha resultado estar plagada de anomalías.

Madrigal reveló en su testimonio que una parte de los bloques que se usaron para el dique fueron construidos por Lopesan y Acciona, que no fueron adjudicatarias de la obra, y que sí se encargaban del dique Sur, cerca del parque San Telmo. Según su declaración, fueron Sánchez-Simón y el entonces director del puerto José Daniel López quienes tomaron la decisión. La consecuencia es que se pagaron unos bloques que no había realizado la adjudicataria, que, además, reclamó una indemnización porque el proyecto no sólo contemplaba la colocación, sino la fabricación de los cajones.

Sánchez-Simón niega estas acusaciones. "Yo no dirigía ninguna obra", señaló como primer argumento, pero es que, además, aseguró que "ninguna otra empresa ha trabajado en las obras del dique" y defendió que esos bloques se trasvasaron en concepto de devolución a la Autoridad Portuaria de los sobrantes del dique Sur, y que Lopesan y Acciona los construyeron para devolverlos "en buen estado".

El expresidente portuario afirma que detectó anomalías en la intervención de FCC en La Esfinge y se negó a validarlas y a recepcionar la obra; igual que hizo con una intervención de Fuerteventura en la que, según él, se falsificaron datos sobre el dragado. Su rechazo a dar el visto bueno hizo perder más de dos millones de euros a FCC, lo que, para él, está en el origen de las acusaciones de Juan Madrigal.

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