Una investigación con nombres propios. Las indagaciones que realizó la Guardia Civil comprendían la escucha de diversas llamadas telefónicas, en las que salían a relucir apodos como Monsi, el Queso o el Turrón, que la propia Benemérita asoció a varios implicados en el caso. Un agente que coordinó la operación testificó ayer en la segunda sesión del juicio, en la que declararon los testigos del Ministerio Fiscal, que acusa a un funcionario y un interno del centro penitenciario de Salto del Negro de un presunto delito de cohecho, por la introducción de teléfonos móviles en prisión, aparatos prohibidos en el recinto.
El guardia civil explicó, a grandes rasgos, en qué consistió la investigación, que se inició tras recibir información de la prisión, cuyo director declaró ayer en la vista oral que se basaron en la información que habían recibido de algunas fuentes, entre ellos confidentes del centro penitenciario que le trasladaron que se estaban introduciendo teléfonos móviles en el recinto con ayuda de un funcionario. Igualmente, el director apuntó que no tiene constancia de que el funcionario acusado, José Miguel B. A., haya introducido estos aparatos en la cárcel.
El agente contó que, atendiendo a las conversaciones telefónicas, los horarios de trabajo del funcionario acusado, a quien se refieren en las conversaciones como don Miguel, y un permiso carcelario de tres días del que disfrutó en noviembre de 2012 el preso imputado, José Ramón G. R., todo coincidía. Asimismo, los miembros de la Benemérita determinaron que algunas de las llamadas -con móviles- se realizaron desde el interior del centro penitenciario.
La Guardia Civil dedujo que los motes utilizados en las conversaciones telefónicas correspondían a varios implicados: Monsi es el acusado José Ramón G. R. -que el lunes negó que este sea su apodo aunque en el Juzgado de Instrucción había reconocido lo contrario-, el Queso es su sobrino -de nombre Omar- y el Turrón, un contacto en el exterior y amigo del preso, que también testificó ayer y aseguró que ni su apodo ni el del acusado son los que les asigna la Guardia Civil, ni tampoco se reconoció en ninguna de las grabaciones a cuya reproducción se procedió también ayer.
Quien sí admitió que se trataba de su voz la que se oye en algunas de las escuchas fue otro de los testigos, Ángel Q. R., que compartió celda con José Ramón G. R. Si bien reconoció que conocía a este último como Monsi, algo después añadió que "en prisión hay como 20 Monsis", y que por tanto no podía asegurar que a quien él mismo hace mención en las grabaciones fuese el acusado.
La vista oral continúa hoy a las 9.30 horas con las declaraciones de los testigos de las dos defensas y los peritos.
