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"La experiencia te hace cambiar"

Ana Medina, Pino Santana, Reyes Lázaro, Inmaculada Biondi, Juani Vega, Carmen Galván y Paco Oliva son padres de acogida de niños que se encuentran en situación de desamparo

"La experiencia te hace cambiar"

Cuando su mujer Reyes Lázaro le comentó sobre el acogimiento familiar, hace ya algunos años, María del Pino Santana Díaz no lo vio demasiado claro. "¿Cómo vamos a acoger nosotras, tú estás loca?", le repitió tantas ocasiones a su esposa como veces esta le dejaba caer uno de los folletos informativos sobre el programa. Lo recuerdan entre risas, como algo lejano y que contrasta con la realidad actual. Porque Pino al final accedió y, para haber sido "un poco reacia" al principio, terminó convirtiéndose en madre de acogida junto a su pareja de nada más y nada menos que de cinco niños menores de diez años. "La experiencia te hace cambiar y lo cierto es que yo alucino con ellos", confiesa quien pasó a ser, de repente, "mamá Pino".

Los pequeños, todos hermanos, llegaron a las vidas de Reyes y Pino en el 2011. "Tuvimos que dejar nuestra casa, que era un ático, para buscar otra más grande. Al igual que también compramos un coche en el que cupiésemos todos", comenta Lázaro Ramírez, quien además conoce muy de cerca la realidad de los menores en situación de desamparo, ya que trabaja en una casa de acogida. "Teníamos claro que no queríamos separarlos y, de hecho, no nos arrepentimos de tenerlos a todos", apostilla su mujer. Ambas tienen una retahíla de anécdotas para contar sobre los chiquillos que logran que hasta se les cambie el tono de voz y se les dibuje la sonrisa en la cara. No son las únicas a las que les ocurre.

Junto a Pino y Reyes, Ana Medina Padilla, Inmaculada Biondi Sáez, Juani Vega Bordón y el matrimonio conformado por Carmen Galván de la Cruz y Paco del Pino Oliva Sánchez intercambian experiencias y también inquietudes. A todos les une su condición de padres de acogida, pero también el hecho de formar parte de la Asociación de Familias Acogentes en Ajena de Canarias (Asfaca). Un proyecto que nació hace tres años y que tiene entre sus objetivos "encontrar apoyo y dar a conocer el programa", explica Oliva como presidente. Y es que esta no es una aventura del todo fácil.

Uno de los primeros en toparse con las dificultades que, sobre todo tienen índole administrativa, fue precisamente el dirigente de Asfaca. Actualmente hay dos niños en el hogar de Paco y Carmen, pero por su casa en Telde han pasado más de una quincena de chiquillos, desde los pocos meses de vida, hasta la adolescencia. No obstante, fue en 2008 cuando tuvieron su primera toma de contacto con el acogimiento cuando una chica a la que conocían unos familiares les pidió que cuidasen de su bebé de ocho semanas, del que ella no se podía hacer cargo en ese instante. "Nos lo pensamos mucho, pero en apenas unas horas teníamos a la niña en casa y al día siguiente fuimos a la Dirección General de Menores para hacerlo todo de forma legal". Lo que encontraron en ese momento, según relatan, fue una sucesión de errores que desembocaron en la entrega de la pequeña a su madre biológica sin haberse podido preparar antes para despedirse.

"Los técnicos son los que eligen las despedidas, cuando somos nosotros los que mejor conocemos a los niños", se queja Carmen Galván. De ahí que desde Asfaca reclamen una mesa de trabajo que agrupe tanto a las familias acogentes como a los profesionales de la Dirección General de Dependencia, Infancia y Familia para determinar el mejor procedimiento de despedida para los menores. "Debería haber una adaptación tanto para la acogida como para la despedida", apunta Pino. Pero, sobre todo, lo que demandan es "humanidad".

Y es que el momento de decir adiós es uno de los más difíciles. Todos son conscientes de que es algo que llegará tarde o temprano, pero cuando llega "es duro", asegura Juani Vega. Al igual que la familia Oliva Galván, la suya se ha tenido que enfrentar a varias despedidas, concretamente a dos. "La primera niña llegó a mi casa con casi seis años, en el 2010 y todavía sigue conmigo", cuenta. También tiene con ella en Agüimes a un niño de dos años que no sabe cuándo tendrá que marcharse. Eso es algo que depende en parte del tipo de familia de acogida que uno sea: urgente, simple o permanente; pero sobre todo, es una decisión compete a la Administración Pública.

Incertidumbre

En ese punto de incertidumbre se encuentra Ana Medina Padilla, quien supo de este programa a través de su trabajo en Radio Ecca. "Hice un curso de sensibilización pero estábamos en proceso de adopción y no era compatible". De manera que su marido y ella esperaron, hasta que hace 16 meses llegó a sus vidas un pequeño que ahora tiene cuatro años. "Mi hija tenía ya seis y nos parecía buena idea, de hecho, para ella es como un hermano". Medina, que vive en Telde, no solo destaca la bonita relación que tienen los críos, sino también lo mucho que compensa afectivamente el acogimiento. No obstante, se ha tenido que enfrentar a la "peor cara" de esta experiencia. "Hace meses que nos dijeron que se marcharía en breve, pero la Administración va a su ritmo. Para nosotros mucho mejor, pero ¿qué pasa con su estabilidad?", pregunta Medina.

Inmaculada Biondi Sáez tampoco se ha enfrentado aún al momento de la despedida. Al igual que Ana, su marido y ella también tuvieron que esperar a finalizar un proceso de adopción para formar parte del programa. Ahora, son dos niños de cuatro y cinco años los que comparten juegos con su hija de ocho. "Son varios hermanos repartidos entre más familias", comenta. De manera que quedan entre ellas para que los pequeños se vean con frecuencia. Porque la realidad es que todo gira en torno al bienestar de los chiquillos.

Incomprensión

De ahí que a estos componentes de Asfaca les cueste entender porqué los centros de acogida están repletos cuando existen personas que están dispuestas a cuidar de más de dos y de tres niños. En la asociación, concretamente, son 43 las familias de Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura, Tenerife, La Gomera y El Hierro las que forman parte del proyecto dependiente del Ejecutivo autonómico, pero "existe el banco de familias acogentes del Gobierno de Canarias", afirma Paco Oliva. "La posibilidad de vivir en un entorno familiar tiene todas las ventajas", apunta Ana. Y eso es lo que ellos quieren dar también a conocer a través de la asociación que está a disposición de todos aquellos interesados en formar parte de esta iniciativa.

El apoyo en Asfaca está asegurado, pero también ayuda en cuanto a artículos básicos como pueden ser ropa, cunas, sillitas... "Porque hay veces que viene un bebé de urgencia y está tan solo unas semanas o meses y para esos casos tenemos un banco de productos", revela Juani. Y es que no pierden de vista que la crisis económica también ha repercutido en el programa. "Ahora hay menos familias de acogida", comenta Oliva. Un hecho que en parte también achacan a las ayudas económicas que reciben para el cuidado de los niños que tienen bajo su tutela. Según la orden que regula la compensación económica de los acogimientos familiares de menores en el Archipiélago, publicada a principios del pasado año, establece que por un niño en acogida se recibirán 20 euros al día, es decir, 600 euros al mes. "Pero si tienes más de un niño, la ayuda económica es grupal", explican desde este grupo que se financia gracias a sus miembros y a la colaboración de la Asociación Unidos por el Crochet que preside Mónica Parra en Ingenio.

No obstante, la generosidad de estas familias a cruzado las barreras generacionales. Una de las hijas de Paco y Carmen también es mamá de acogida, y la de Juani Vega no lo descarta. "El acogimiento familiar ha marcado también sus vidas", observa Galván. La semilla de Pino y Reyes también ha florecido en uno de los más pequeños que, sin tener aún los diez años, ya anuncia que, cuando sea mayor, también va a tener "a niños como él y sus hermanos".

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