Las plantas de biogás tuvieron un accidentado inicio que provocó que se pasaran seis años sin arrancar después de su construcción, pero en la actualidad ya funcionan a pleno rendimiento. En la actualidad tratan más de 70.000 toneladas de lodos, que se producen en las depuradoras de toda la Isla. El 45% de esas 70.000 toneladas proceden de las plantas depuradora de Barranco Seco y Tamaraceite.
Los técnicos optaron por dedicar las plantas al tratamiento de fangos, porque a pesar de que fueron construidas para tratar la basura orgánica, su sistema de funcionamiento impedía procesar los restos de comida, frutas, plantas, etc., ya que la falta de concienciación de la gente en la separación de la basura provoca que restos de vidrio u otras basuras atasquen su mecanismo.
Después de seis años, terminadas y paradas y de una inversión de más de 52 millones de euros, los gestores del complejo ambiental lograron arrancar la segunda fase (aunque fue la primera que se construyó) en enero de 2014 y en la actualidad procesa unas 200 toneladas de lodos al día . La segunda fase entró en funcionamiento a mediados del año pasado y trata entre 80 y 10 toneladas al día.
El Cabildo tuvo que modificar el contrato con la gestora del complejo, ya que el pliego del contrato se hizo en base a los datos que facilitaron las depuradoras. Según esos datos, la planta tenía que tratar 20.000 toneladas al año, cuando en realidad la producción de lodos supera las 70.000 toneladas. Un caso aparte fue el de Emalsa, al que el Cabildo llegó a prohibirle durante una temporada que llevara los fangos al complejo, porque estos no estaban bien tratados y además su volumen doblaba lo que declaró inicialmente.
Y es que el incremento en la producción de lodos que registró la depuradora de Barranco Seco fue espectacular, tras iniciarse el control de la extinta intervención. Pasó de una producción de 9.911 toneladas de lodos en 2012 a 27.200 toneladas en 2014, cifra que en la actualidad supera las 30.000, un fenómeno que sólo puede ser achacable a un aumento de la depuración.
Ahora, que las plantas de biogás ya llevan un tiempo funcionando a pleno rendimiento, se están haciendo pruebas con materia orgánica. Durante el último año han entrado en funcionamiento también la planta de todo en uno y también la de clasificación de envases ligeros. Sólo está pendiente de ponerse en marcha la planta de bioestabilizado, cuya obra se espera que finalice a lo largo de este año. Se trata de una especie de compostaje de la materia orgánica, la basura que se tira al contenedor gris. Según el director general de Medio Ambiente del Cabildo, Manuel Amador, una parte de estos residuos orgánicos procesado se convertirá en compost o digestato y la otra a la producción de gas.
La transformación del vertedero del Salto del Negro en un complejo de tratamiento de la basura ha sido largo y tortuoso, como aseguran los que lo han vivido y sufrido, pero parece que por fin se ha iniciado el camino correcto, después de que el Cabildo empezase a ponerse las pilas en el mandato anterior, tras la orden de cierre, por parte del Tribunal Europeo, del viejo vertedero.
Las denuncias de los vecinos, que llevaron al Cabildo a los tribunales y abrieron varios procesos, algunos de los cuales aún no se han resuelto, hicieron el resto.
La basura todavía se sigue enterrando, una práctica que prohibe la directiva europea, pero se está avanzando en el proceso de tratamiento.
