La Provincia - Diario de Las Palmas

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El Confital sabe a gloria

Las vecinas de La Isleta acuden fieles a la playa aunque esté nublado

Chona, Nayara, Manoli, Victoria, Isabel, Isa, Josefina, Mary y Blanca, ayer, pasando el día en la playa de El Confital. Josefina trajo una tortilla para picar. El grupo se llama las Lady Baby. Faltan cinco. SABRINA CEBALLOS

A las diez de la mañana ya están Delia, Claudia, Loreto y Ana Rosa, como un clavo, en la playa. Ayer se retrasaron un poco, explica Ana Rosa, la portavoz y alma mater del grupo, porque el día anterior, a las nueve, ya habían tomado posiciones en la arena. "Ohh, hay que coger puesto", explica Delia. El ritual siempre es el mismo. Arranca con un baño, que se va repitiendo a medida que avanza el día y el calor aprieta. Y entre medias, caen risas, bromas, canciones y mucho palique adobados con un buen condumio. en este caso, picoteo variado, porque no había ganas de cocinar. Tampoco faltan los boleros, como el que canta Ana Rosa. "Así la luz de tus ojos ha iluminado mi pobre vida.... iluminando mi cielo como un rayito claro de luuuna", se arranca Ana Rosa, mientras sus amigas la aplauden.

Nadie sabe que tiene El Confital, pero algo tiene. Aunque llegues arrastrándote, con ese nudo que desde hace meses se afincó en el esófago, una hora después sales liviana como una pluma, la sonrisa de oreja a oreja y las pilas cargadas. El buen rollo y la alegría de sus habitantes debe influir mucho en esas propiedades terapéuticas que irradia el lugar. Como Delia, Marcos, Chona, Rita o Mary. La lista de los inconidicionales al lugar es infinita. Y casi todos de "aquí al lado", de La Isleta. Y todos te hablan de la nostalgia que sienten, cuando recuerdan su infancia en La Isleta, aquellos días en los que sus padres clavaban la caseta a principios del verano y no la arrancaban hasta septiembre.

Ahora sólo vienen cuando pueden. Y da igual que esté nublado, como ayer. Ellos, a su bola. "Así está el agua más calentita y viene menos gente", se conforma Ana Rosa. "Esta agua es cristalina y la arena del fondo, blanca por los caracolillos", esas algas calcáreas, confites, que dan nombre al lugar.

"Hoy comemos de picoteo. Una trae el queso, otra melón, otra pimientos de piquillo, pulpo. Ayer [ por el domingo] nos trajo un amigo la comida. Puntitas de calamar, papas de Casa Camilo. Buenísimos. Prefiero toda la vida esto a Las Canteras. Aquí puede haber 400 personas que siempre está el agua limpia. Y eso que cada vez viene más gente. Aquí nos apoyamos unas a otras", aclara Ana Rosa, que se empeña en explicar las ventajas de la arena del lugar:" No se pega. Te sacudes y sale rápida. Y el moreno se te pega enseguida, porque el agua tiene mucho yodo".

Picaron

Un poco más allá, está pasando el día Rita con su familia. A Rita, con 75 años a la espalda que lleva de maravilla, le gusta pescar. Ha traído seis hijos al mundo y aún le quedan ganas de lidiar con sus trece nietos yun biznieto, que adora. Con tanto trajín no le dio tiempo a deprimirse, bromea. En apenas tres horas ha pescado tres lebranchos, engoándolos con miga de pan. Ya los ha limpiado y metido en la nevera. Mañana hará con ellos croquetas y un arroz. A Rita le gusta pescar, pero no sabe nadar. Ni quiere. "Nunca aprendí. Tengo que pisar tierra firme, porque si no me muero de miedo", asegura mientras recuerda que hace años tenía una chabola "de verano". "Aquí aprendieron a nadar casi todos mis hijos. La playa es la misma, pero ahora hay más gente. Antes era para nosotros".

En otro rincón de la playa han tomado posiciones Mary y sus amigas. Y con ellas la alegría invade el lugar. "Somos diez y faltan cinco, que vienen luego. Aquí venimos a buscar novio, pero hombre no viene ninguno", bromea Mary, mientras sus amigas se mueren de risa. "Traemos bocadillos; hablamos, nos bañamos. Lo pasamos bien, aunque esté el día así. Mañana, que hay que currar, seguro que sale el sol. Esto es una maravilla. No hay playa como ésta, aunque Las Canteras no está mal", exclama Mary, mientras Josefina saca una tremenda tortilla de papas. "De ocho huevos!!!!... para tanta mujer... ", aclara, entre risas, la cocinera. Y así, entre bromas y fiestas, el día se pasa volando en El Confital.

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