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"O todos o ninguno"

Los centros 7 Palmas, El Mirador y La Ballena denuncian que la apertura de las otras grandes áreas reduce sus ventas en un 5%

"O todos o ninguno". Los grandes centros comerciales que no pueden abrir los domingos y festivos durante la temporada alta de cruceros se sienten discriminados por una medida que, además, de impedirles competir en igualdad de condiciones por la clientela dominical, les perjudica el resto de la semana. Aseguran que sus ventas disminuyen una media de un 5% durante la semana, porque muchos de sus clientes aprovechan la apertura dominical para irse a comprar a Las Arenas y El Corte Inglés.

"Tenemos datos de los operadores de esos centros que nos indican que más del 90% de las personas que visitan esas áreas los domingos son del país", sostuvo Aníbal Díaz, gerente de 7Palmas, quien calificó la situación de "agravio comparativo con el resto de grandes superficies". A juicio de Díaz, las otras grandes áreas tienen el mismo derecho a abrir en domingo, lo que "además, tendría un efecto multiplicador sobre el empleo" que se añadiría al que aseguran haber creado Las Arenas y El Corte Inglés. Díaz añadió que su centro se está planteando hacer valer el derecho que tiene a ser considerada una zona de gran afluencia turística, acogiéndose a la ley, que también establece como uno de los requisitos para ello, la celebración de grandes eventos deportivos y culturales, como los que tienen lugar en el Estadio y el Gran Canaria Arena.

Por su parte, Lorenzo Esma, gerente de El Mirador, advirtió que la apertura de los centros comerciales "está produciendo un desequilibro en el resto de grandes superficies que a medio y largo plazo puede influir negativamente en el empleo. Yo entiendo que Las Arenas y El Corte Inglés quieran abrir, pero el mismo derecho tenemos los demás. La situación actual es discriminatoria y reduce nuestras ventas, sobre todo los lunes. Queremos que la liberalización sea igual para todos o para nadie, excepto El Muelle ".

En similar sentido se pronunció Miguel Melián, gerente de La Ballena, quien consideró que el resto de los centros se sienten "perjudicados, porque la apertura de estos centros están cambiando el comportamiento de compra de los clientes". "Está sobradamente demostrado que la mayoría de los clientes que visitan esos centros no son cruceristas. Más del 90% de esos clientes son locales que vienen de los ámbitos de influencia de los otros que tienen que cerrar. Lo notamos, por ejemplo, los lunes, un día muy fuerte de venta, después de un fin de semana. En temporada de cruceros notamos el bajón", dijo.

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