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El tesoro cultural del catedrático Daniel Verona

La familia del docente teldense lega su biblioteca personal al colegio Claret

El tesoro cultural del catedrático Daniel Verona

Los estudiantes del colegio Claret cuentan desde ayer con un tesoro entre sus manos. La biblioteca del catedrático de Lenguas Clásicas Daniel Verona Hernández, nacido en Telde en 1920 y fallecido en 2007 a la edad de 87 años. Más de 8.000 volúmenes de cultura clásica, historia de la lengua griega y romana, literatura, lingüística, arte; entre otras áreas, que su familia ha donado a la institución educativa, en la que, curiosamente, el profesor dio clases.

"Un milagro". Así describe Candelaria Verona Betancor, hija mayor del profesor, que la biblioteca haya ido a parar a manos de los claretianos tras dos años intentando que alguna institución cultural o centro académico se quedará con este archivo documental que su padre recopiló a lo largo de toda su vida. "Adoraba los libros, eran su vocación. A donde quiera que fuera, siempre tenía uno entre sus manos", comentaba esta semana Candelaria y en nombre de ella y sus hermanas María del Pino y Yolanda al recordar a su progenitor.

La familia no quería que los fondos se dividieran y ninguna de las entidades a las que llamaron tenía la capacidad suficiente para albergar tantos libro. Finalmente, un amigo de la familia, el claretiano Emilio Vicente Mateo conoció la historia y contactó con el exdirector del centro educativo, Pedro Cabrera, que sin ver la biblioteca ni su valor documental, acogió el regalo cultural sin más.

Las tres hijas se muestran hoy "encantadas" de que el legado de su padre esté en el Claret. "Estamos seguras que él estará contento con que sus libros estén en los claretianos, donde él fue profesor".

El bibliotecario del centro y profesor, Javier de Gabriel, reconocía que la biblioteca del catedrático Daniel Verona es una auténtica joya y "tiene una gran valía", ya que en ella hay tanto libros antiguos de finales del siglo XIX y principios del XX como colecciones enteras de Cátedra, Gredos, Albor; entre otras, además de enciclopedias difíciles de encontrar hoy en día. Entre estas joyas, una de 1680 que cuenta cómo se construyó el monasterio del Escorial.

El material, que aún no ha podido ser desempolvado del todo de las 240 cajas que salieron de la casa de la familia de los Verona; cuyas hijas también se quedaron con algunos de los libros que su padre, estará en la biblioteca del centro, que desde hace unas semanas lleva el nombre de Pedro Fuertes, en honor al que también fuera profesor del colegio en Tamaraceite.

El catedrático de Lenguas Clásicas Daniel Verona cursó sus estudios de Primaria y Bachillerato en Telde. Su vocación docente se despertó muy pronto y llegó a dar clases en el barrio de San Juan, en el colegio de su querido amigo Juan Cruz Quintana. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Salamanca, dio clase en el IES Pérez Galdós, del que también fue director, en el Instituto Laboral Técnico de Telde, el colegio Alemán y el Claret e incluso formó parte del órgano de gestión del Hospital Insular.

Su amor por la docencia fue tan grande que llegó hasta a preparar a jóvenes opositores que querían ser maestros en casa "por el placer de ayudar a los demás", algunos de los cuales dan clase hoy en la Universidad. Casado con Carmen Betancor Blanco, tuvo tres hijas.

Su labor educativa ha sido reconocida por sus paisanos. En su honor tiene una calle en Taliarte y una placa en su casa de Telde.

"Vivió toda su vida para su profesión y su familia y murió con sus facultades plenas; los últimos años estuvo trabajando sobre Tito Livio, pero no llegó a publicar nada", explicaba Candelaria, sobre el quehacer cotidiano de su padre, un hombre sencillo al que le gustaba comprar y leer libros para aprender. Su familia confía en que sus libros sigan enriqueciendo a los alumnos claretianos y a los que quieran aprender.

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