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Entrevista a Francisca Matías Torres

"Hay letrados que ven la mediación como un peligro para la profesión"

"Es necesario crear un cuerpo de mediadores que funcione de manera diferente al oficio de abogado", confiesa la abogada y experta en mediación

Francisca Matías Torres, en el Colegio de Abogados de Las Palmas. ANDRÉS CRUZ

Se formó en mediación en el primer máster impartido por el Colegio de Abogados de Las Palmas, hace siete años. ¿Ha notado algún cambio en la mentalidad del ciudadano y la administración durante este tiempo?

Sí, soy de las primeras abogadas que se formó con ese máster. Ahora se intenta educar en mediación y, por ejemplo, ya funciona a nivel intrajudicial. Son los propios juzgados de Familia los que te remiten a la mediación. Es una cuestión voluntaria, pero te informan de ese servicio por si quieres acogerte a él.

¿Y entre los abogados?

Todavía hay cierta reticencia a la mediación. A veces la ven como un peligro, como una forma de pisar la profesión que tenemos como letrados, pero lo que pasa es que no la conocen. Las cosas irán cambiando con los cursos a través del Aula de Prácticas Jurídicas, con la educación de la que hablaba.

Es que visto desde fuera parece incompatible con el sistema judicial actual. De alguna manera los abogados viven de los pleitos, ¿no?, de sus honorarios...

Sí. Pero el abogado siempre es necesario cuando se ejerce la mediación. Una cosa es que las partes lleguen a un acuerdo y otra distinta la forma jurídica que se le va a dar a ese acuerdo. Para eso siempre será necesario el profesional del derecho.

¿Cree que algún día llegará a ser una alternativa real al pleito tradicional?

Hay muchos conflictos que se pueden resolver fuera de la sala de justicia. Muchas veces se lleva el conflicto al juzgado por la falta de escucha y de entendimiento entre las partes, pero luego se llega a un acuerdo antes de que empiece el juicio. Lo ideal es que no sea una alternativa, sino una solución a la marabunta de procedimientos que hay en los juzgados y que se dilatan hasta que se llega a ese acuerdo o empieza el juicio.

Vamos, que se recurre a la vía judicial para forzar el acuerdo...

Claro. Muchas veces las personas no tienen otra alternativa. No son capaces de sentarse para hablar y dialogar y terminan en el juzgado. Muchas veces llevamos al juzgado asuntos que luego se solucionan cuando estamos en la vista, justo antes de que empieza el juicio. En estos casos el abogado puede acercar posturas, pero en la mediación son las partes las que tienen que llegar al acuerdo.

¿Cómo es esa dinámica?

En un divorcio contencioso, por ejemplo, tú le cuentas al abogado tu historia y éste la lleva al procedimiento. Lo mismo hace la parte contraria. En la mediación, sin embargo, los dos conocen el funcionamiento de la familia hasta ese momento y lo que hacen es recurrir a un tercero para que lidie entre ambos, para que se escuchen en los mismos tiempos y en las mismas formas, con la finalidad de que acerquen posturas. Es completamente diferente a llegar a un acuerdo forzado en el juzgado. En ese caso el acuerdo es casi lo que te impone el abogado o el propio juez. En la mediación no, en la mediación llegas al acuerdo después de seis o siete sesiones. Eso es lo ideal en familia. No tiene nada que ver a llegar a un acuerdo seis o siete minutos antes del juicio.

¿Y en materia penal?

En justicia restaurativa es un poco más complicado. Son otro tipo de situaciones. Hay un delito y alguien que se siente perjudicado a un nivel diferente al emocional.

¿Es necesario crear un cuerpo de mediadores?

Sí. En la Consejería de Bienestar Social de la Comunidad Autónoma hay lista de mediadores. Creo que deberíamos funcionar ya como una profesión diferente.

¿Con oposiciones o de manera institucionaliza?

Lo ideal sería la convivencia. La mediación es emocional, no veo lo de estudiar por estudiar. La mediación necesita mucha práctica, no mucha teórica.

¿Hay suficientes casos para desarrollar esa práctica?

Los hay, muchísimos. Pero hace falta más educación en mediación. La falta de información hace que las personas se vuelvan reticentes. Una vez que les explicas el contexto, cambian su actitud. Es una realidad que salen contentos de la mediación.

¿Qué tipos de problemas abundan?

Conflictos familiares... Guardia y custodia de los menores, cambio de situaciones económicas... Son conflictos emocionales porque estamos educados para discutir, lo hacemos cuando no estamos de acuerdo con algo. El problema surge cuando no hay un acercamiento de posturas, cuando no nos escuchamos.

¿Por qué la mediación está prohibida en los casos de violencia machista?

Porque hay una parte maltratada, que está en situación de desigualdad. No somos psicólogos ni psiquiatras , aunque podemos tener conocimientos en ese sentido. Hay una víctima que va con miedo, igual dice que sí para evitar conflictos posteriores y peores al que se intenta resolver con la mediación.

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