La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Mami, di que te apuñalaste tú"

El universitario de 21 años que mató a su madre en León y Castillo trató de convencerla para que le encubriera cuando ella agonizaba

12

Juicio por matricidio

La Audiencia de Las Palmas comenzó ayer el juicio contra un joven de 21 años que en octubre de 2016 mató a su madre a navajazos en la capital grancanaria. Gabriel Fajardo Martín admite los hechos por los que formula acusación el ministerio público, pero su abogado reclama la pena mínima por el delito de homicidio, 10 años de prisión, mientras que la Fiscalía solicita el castigo máximo, 15 años de cárcel, debido a las agravantes de parentesco y de abuso de superioridad, entre otros detalles del dramático crimen.

El procesado, tras discutir por cuestiones económicas con su progenitora, le asestó 13 navajazos en distintas partes del cuerpo, entre ellas el abdomen. Luego llamó a una ambulancia para socorrerla y, acto seguido, trató de convencerla para que se autoinculpara. La llamada quedó grabada en el Centro Coordinador de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias (Cecoes-112), con momentos muy duros en los que la mujer pide ayuda mientras se debate entre la vida y la muerte.

"No sé por qué maté a mi madre, no sé lo que se me pasó por la cabeza", ha declarado el joven en la primera sesión del juicio, que se celebra mediante el sistema del jurado popular y continúa hoy en la Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria, con las testificales y los informes de los médicos forenses.

La madre de Fajardo, de 53 años, estaba "indefensa", pero su hijo le "tapó la boca" y usó su "mayor complexión física" para atacarla con una navaja que había comprado un mes antes y que siempre llevaba en una mochila, sostiene la fiscal Cecilia Acebal. De ahí la agravante de superioridad.

Después telefoneó al Centro Coordinador de Emergencias e intentó taponarle las heridas para cortarle la hemorragia, pero las maniobras de reanimación fueron inútiles porque las lesiones eran muy graves, añade la fiscal.

En esos momentos agónicos, la operadora pregunta quién es el autor de la cuchillada y Fajardo le responde que no lo sabe. Más adelante, entre sollozos y alaridos de dolor, el acusado le pide a su madre que diga que se apuñaló ella misma, revela la grabación de la llamada que ha sido reproducida en el juicio. "Sentí miedo, estaba nervioso y confundido", se justifica el acusado un año después del crimen.

Fajardo había ido a ese día a ver a su progenitora, que compartía piso con otra mujer en la calle León y Castillo, como hacía todas las semanas, porque "teníamos muy buena relación", agrega el acusado en su declaración.

Ambos discutieron por motivos económicos y Fajardo le propinó 13 navajazos. No estaba bebido ni sufre enfermedades mentales. El joven, de padres separados, gestionaba la cuenta de su madre y la había "engañado" sobre los ahorros que tenía en el banco, pues le dijo que disponían de 5.000 euros cuando en realidad vivían al día. Su intención, asegura, era "motivarla" para evitar que dejara el trabajo por "su bien". Hacía poco que había salido de un centro tras lograr dejar el alcohol y superar una depresión.

El acusado, natural de San Fernando de Maspalomas, vivía con sus tíos para poder ir a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Había cambiado Magisterio por Ingeniería Química, pero en el momento del crimen no iba a clase y estaba ocioso en casa: sólo jugaba al ordenador y salía a comer con algún amigo de vez en cuando.

"Le dije que tenía unos ahorros y era mentira. Lo hice para motivarla porque quería dejar su trabajo. Se alteró y me gritó porque le había mentido y se sintió indignada", asegura Fajardo como explicación a lo que ocurrió ese día.

El acusado agrega que fue su madre, tras esa discusión, la que sacó la navaja de su mochila. Estaba cerrada y Fajardo se la arrebató de las manos para luego agredirla. En ese momento estaban frente a frente, sentados a la mesa.

La defensa lo describió, ante el jurado, como un joven sin antecedentes penales que estudiaba en la universidad y lo tuvo que dejar por motivos económicos, al parecer porque le negaron una beca tras el cambio de carrera. "Tenía la mente en blanco y no sabe por qué lo hizo, perdió el tino", opina el letrado sobre la actuación de su defendido.

También presentó a la víctima como una "mujer muy nerviosa que tenía problemas con el alcohol", que quería a su hijo y que se mostró partidaria de culparse para salvarle.

La grabación, en cambio, acredita más bien lo contrario, esto es, que fue el acusado quien, en el último momento y de manera desesperada, trató de que su madre le encubriera. La crudeza de ese audio motivó que los familiares directos de la víctima abandonasen el juicio entre lágrimas.

La fiscal, además, recriminó a Fajardo que guardase en el móvil vídeos de su madre desnuda mientras se bañaba, pero éste lo negó y dijo que eran de su tía, con quien vivía desde la separación de sus padres.

Compartir el artículo

stats