El inicio de las obras de rehabilitación del aparcamiento para residentes Don Benito, ubicado en la plaza del mismo nombre en Schamann, provocó ayer los primeros inconvenientes a viandantes y conductores, algunos de los cuales se encontraron por sorpresa sin poder circular por la calle Pedro Infinito en el tramo frente a la iglesia de Nuestra Señora de Los Dolores, acotado ya con vallas en ambas direcciones. Las obras, que durarán ocho meses, están previstas que finalicen en junio de 2018 y ha obligado a cambiar el sentido del tráfico en la zona, así como la parada de la guagua número 32.
La empresa adjudicataria Félix Santiago Melián S.L, que ganó el concurso abierto de Sagulpa por ofertar la propuesta más barata por un importe de 635.859 euros, será la encargada de mejorar el aparcamiento, cuya propiedad es de la empresa municipal de aparcamientos (Sagulpa) que los cedió a una comunidad de usuarios, que lo explota por 70 años. Hay 450 plazas distribuidas en tres plantas.
Desde que se inauguró el inmueble, el 15 abril de 1999; tal y como reza una placa en su interior por el entonces alcalde de la ciudad, el popular José Manuel Soria, el inmueble ha tenido filtraciones de agua por "su defectuosa impermeabilización". Por dicha causa, la comunidad de propietarios inició un pleito con Sagulpa para que se hiciera cargo de los fallos debido a la construcción.
La obra de rehabilitación, que se realizará en dos fases, se centrara primero en la mejora de la red de drenaje perimetral del edificio, saneado de forjados y muros, escaleras, cimentación y pavimentación, así como el desvío de la red de Emalsa y Endesa, tal y como ha indicado la propia Sagulpa.
Primera fase
Durante los cinco meses que durarán estos trabajos se ha reorganizado el tráfico en la zona. Los coches que suban hacia Pedro Infinito y a la calle Zaragoza tendrán el acceso por Cádiz y Mariucha, mientras que los conductores que bajen hacia el paseo de San Antonio deberán accederlo por la calle Antón Caballero y Rafael Mesa y López.
Precisamente, la parada de la guagua número 32 (Guiniguada-Auditorio por San Antonio) frente al mismo parque de Don Benito y en la línea de la iglesia, se ha trasladado a Rafael Mesa y López, en el tramo comprendido entre Los Ayacuchos y Bailén.
Los viandantes, por su parte, tampoco podrán acceder por dicho tramo y deberán hacerlo por el interior del parque Don Benito o por Mariucha y Ayacuchos cuando éste esté cerrado por la noche.
Durante la segunda fase, en la que se rematará la obra en el interior del parquin, se abrirá la calle Pedro Infinito al tráfico y a los viandantes. Esta segunda fase está previsto que dure dos meses.
Los propietarios y las personas que tienen una plaza en alquiler podrán, sin embargo, utilizar el aparcamiento en función de las obras ya que ésta se hará por tramos.
Sorpresas
Pepe Santana, vecino del barrio y celador del hospital Doctor Negrín, había trasmitido este jueves su queja por tuit al concejal del distrito, Mario Regidor, al conocer la noticia de las obras. Santana le preguntaba las alternativas que había dispuesto el Ayuntamiento para el resto de los residentes teniendo en cuenta que cerca de una treintena de plazas de la calle "se sacrifican" al acotar la zona y otras tantas "serían tomadas por los inquilinos de Don Benito" en un barrio donde hay graves problemas de aparcamiento. El concejal le contestó al instante: "En principio no creo que sean necesarias alternativas. Las obras son molestas pero a medio y a largo plazo mejorarán las condiciones de vida".
"¿Qué condiciones de vida? ¿las de una empresa privada?", decía encendido ayer Santana después de explicar que el parquin se levantó sobre terreno público y que en vez de el Ayuntamiento [entonces del PP] hubiera facilitado la adquisición o alquiler de una plaza a los residentes a precios populares se dejó que lo compraran los empresarios de la zona para especular. "Así que el parquin está casi vacío", apuntaba este residente que cada noche se las ve y desea para encontrar un hueco en la vía.
No era el único que se sentía ayer molesto con las obras. Julio Santiago, con una plaza en alquiler en Don Benito, protestaba porque no le habían informado del acceso peatonal que se quedaba operativo y llevaba ya unos cuantos minutos dando vueltas de un lado a otro. Además, las obras empezarían en la tercera planta, donde él tiene la plaza. "Ya le eché la bronca al administrador; han dicho que las obras empezaban el día 20 pero no nos han dicho por dónde había que entrar". Un policía local le sacó de dudas.
Otros tantos viandantes se vieron sorprendidos también porque no podían caminar por Pedro Infinito o no sabían dónde se había trasladado la parada de la guagua 32 pese a las señales que, según el agente municipal y el encargado de obra, se habían instalado estos días. Por contra, los propietarios o inquilinos de las plazas se encontraban felices porque las obras se llevasen a cabo. Juan Medina, el primer vecino que metió su coche en el parquin aseguraba que "todo lo que sea en beneficio para la comunidad, estupendo".
