Ni hoteles, ni talleres de megayates, ni funiculares ni depuradoras. El Foro de la Isleta, una federación que agrupa a una treintena de asociaciones del barrio, expresó ayer en el pleno municipal de la capital grancanaria la rotunda oposición de los vecinos a que se construya el hotel que prevé la familia Kiessling al lado del Acuario. También rechazó el taller de megayates previsto frente al Castillo de La Luz, cuya altura, advirtió, es superior a la de la iglesia de La Luz. El último pleno del año concluyó ayer con un llamamiento de los residentes de La Isleta al Ayuntamiento para que inicie de manera urgente la renovación del alcantarillado de la zona alta del barrio, a cuyo pésimo estado achacan la contaminación fecal, causante de que la playa de El Confital lleve ocho meses cerrada al baño, mientras el Ayuntamiento asegura que es incapaz de averiguar el origen de los vertidos.

Los vecinos del barrio no quieren, según resaltó el portavoz de la federación Juan Tomás Moreno, "más construcciones con efecto pantalla, como el Acuario, que no dejan ver el mar en un espacio libre que debería ser para zonas de ocio y de recreo" y que además incrementarán la saturación de tráfico que soporta desde hace años la GC-1 en el tramo entre Belén María y Torre Las Palmas. "El istmo es un cuello de botella por el que circulan a diario más de 10.000 personas, un punto negro", dijo Moreno. Tras exigir una solución a las retenciones de los accesos de La Isleta, recordó que la apertura del Acuario, que está pendiente de la conexión eléctrica según sus dueños, incrementará el tráfico en un 30%, lo que se traducirá en 5.400 coches más. "Comenzaron con el mamotreto [centro comercial El Muelle], siguieron con el Acuario y ahora siguen con el hotel y otras actuaciones empresariales que no benefician al barrio sino a los especuladores y con las que nos amenazan continuamente como el teleférico, que ahora quieren que salga de Manuel Becerra, o la incineradora de biomasa", cuya instalación se bloqueó.

También se oponen los vecinos al traslado de la depuradora de Barranco Seco a la zona portuaria de Roque Ceniciento. "El Puerto es parte de La Isleta y los vientos alisios nos traerían los olores de la depuradora que ahora el Ayuntamiento quiere poner en La Isleta por la presión de los vecinos de Barranco Seco y Vegueta", debido a la peste que genera la instalación.

"Estamos deseando que el Ayuntamiento se siente con nosotros para elaborar entre todos un plan estratégico para La Isleta", manifestó Moreno, a quien nadie respondió desde el gobierno municipal, algo que suele ser habitual en las intervenciones de los ciudadanos.

Antes de su intervención, el pleno aprobó por unanimidad una moción presentada por Ciudadanos para poner en marcha un plan de mejora y desarrollo de Las Coloradas.

Biodigestor de Tenoya

También se aprobó por unanimidad una moción defendida por el Partido Popular (PP) para extremar el control sobre las obras relacionadas con el biodigestor de Tenoya, que fue precintada por el Ayuntamiento en septiembre pasado y sobre la que pesan dos expedientes de la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural (APMUN), uno de los cuales ha exigido a la empresa Caballero Medina Arquitectos que restablezca la legalidad urbanística en la zona. El portavoz de los vecinos de Tenoya, Lorenzo Santana, se mostró muy crítico con el Gobierno municipal por la falta de información e insistió en que se desmantele la instalación. "En octubre solicitamos el expediente y todo lo relacionado con el biodigestor y todavía estamos esperando", denunció Santana, que advirtió de la realización de obras de canalización eléctrica, pese a la paralización y se preguntó por qué no se denuncia a la empresa en los juzgados. El concejal de Urbanismo, Javier Doreste, recordó que el biodigestor, construido al lado de las casas de Tenoya, es un problema heredado de los anteriores gobiernos del PP en el Cabildo y en el Ayuntamiento, que realizaron "las modificaciones necesarias en el planeamiento insular" para que el Ayuntamiento le diera la licencia en 2013.